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miércoles, 26 de marzo de 2014

Mi robot, yo y lo que surja




CAPITULO 1


Colette observaba con los ojos entrecerrados a aquel hombre que se encontraba de pie en mitad de su salón, solo luciendo una chaqueta verde con capucha,ocultando su pelo oscuro, que dejaba a la vista a la vez un pecho espectacular, sobre el que a más de una le gustaría untar mantequilla, con unos pantalones anchos de camuflaje que le hacia parecer un estupendo ser salvaje, al tiempo que se cruzaba de brazos en su sofá, aun sin estar convencida de aquello.
Estaba al tanto del avance de la ciencia en lo que al campo de la robótica se refería, pero aun le parecía increíble que la ciencia hubiera conseguido que un robot, con todos los mecanismos que este utilizara para moverse, pudiera parecer tan humano y tan sumamente masculino.
Por el modo en que este le estaba clavando sus oscuros ojos marrones, podría haberse derretido allí mismo si se hubiera tratado de un hombre de verdad, pero en su cabeza no dejaba de resonar que aquel, por mucho que lo pareciera, no era un hombre aunque sus partes se asemejaran.
-Repíteme otra vez el por qué va a estar esto aquí-le preguntó a su amiga Ha Ni, volviendo su cabeza hacia ella, sentada a su lado, haciendo que su largo cabello ondulado castaño oscuro formara un abanico perfecto que el robot no pasó por alto en su observación hacia ella.
La mujer que le había llevado allí le dijo que seria un regalo para una amiga y que debía complacer a esta de todas las maneras en las que le fuera posible, que, obviamente, eran muchas.
-Sabes que me iba a mudar de aquí para irme a vivir con Kyuhyun (era el novio de esta), así que se me hacia un nudo en el corazón al saber que ibas a estar sola en esta enorme casa, sin mi por aquí para alegrarte el día. Así que, como has podido ver que el trabajo de los chicos de la fabrica de mi padre va tan bien, pensé en darte este pequeño presente antes de irme-le dijo, señalando al robot aun inmóvil ante ellas.
Y al hacerlo, Colette volvió a fijar sus ojos marrones claros, resplandeciendo en dorado con la luz, de nuevo en aquel ser que seguía de pie sobre su alfombra, la cual le había costado unos 1200 dólares cuando había visitado a sus abuelos en Estados Unidos la ultima vez que fue a verlos. No le hacia ninguna gracia que aquel ser pudiera hacerle algo a esa alfombra o cualquier cosa de su casa sin querer mientras estaba allí.
-Pero yo ya vivía aquí sola antes de conocerte a ti hace 4 años.¿Por qué me iba a sentir sola ahora?-intentó rebatir ella.
Sin embargo, Ha Ni no era una de esas chicas que se rendían rápido. Al notar que su amiga no parecía tan contenta como ella ante aquel regalo, frunció el gesto y le dirigió una mirada dolida en sus claros ojos marrones, haciéndola sentir culpable sin tener razones reales para ello.
-Yo soy adictiva. Una vez que falte, me vas a echar de menos. Y esa es la función de aquí nuestro amigo. Impedirte que puedas echar nada de menos mientras te gastas todo ese dinero que tus padres no te dejan de mandar desde algún puñetero lugar del mundo donde se encuentren ahora.
-Creo que ahora andan cerca del Amazonas-comentó Colette de manera distraída mientras examinaba de nuevo al robot sin encontrar ningún punto imperfecto, cruzando sus largas piernas para acomodarse mejor al lado de su amiga, en su sofá blanco que tanto adoraba, ya que fue un regalo de su abuela coreana cuando dijo que se independizaba, al tiempo que el robot seguía teniendo todos sus sentidos puestos en ella.
Midiendo un metro setenta y cinco, Colette era más altas que la mayoría de mujeres en Corea, sin duda sacado de la familia americana de su padre, de donde también había sacado su extraño color de ojos. Su madre también tenía el cabello ondulado y los ojos grandes, por lo que la gente solía decir que eran muy parecidas cuando era niña y esta aun se quedaba con ella mientras su padre se encargaba que las empresas familiares siguieran a flote. Y, claro, nadie podía negar que era una belleza. Con la piel clara, largas pestañas y labios lo suficientemente llenos como para invitar a besarlos, nadie podía negar que era una de las chaebol´s (1) más conocidas e envidiadas dentro de su mundo.
Sin embargo, la presencia de aquel extraño robot en su piso de dos plantas seguía sin convencerla. Había vivido sola y podía volver a hacerlo.
-Yo....no sé...
-Vamos, Col. No me dirás que no es una alegría para la vista. Miralo. Chal senguiota (2)
-Si no estoy negando eso, pero me parece innecesario la presencia de este robot en mi casa. En serio que no tenias que tomarte la molestia.
-Pero...¿qué dices?. Encima de que te has tomado vacaciones en la empresa de moda para poder ayudarme con los preparativos de mi boda como la madrina que eres, aligerándome el peso que llevo encima, me has ayudado siempre que has podido y me dejaste vivir aquí cuando supiste que me había peleado con mi padre cuando me montó aquella cita pactada con aquel idiota. Si no hacia algo por tí, me sentiría la peor persona del planeta-le dijo, volviéndole a dirigir la mirada dolida, ahora con un tercio de mirada de cachorro abandonado.
-Esta bien, esta bien. Ya no te discutiré más. Pero, si me da algún problema, en lo más mínimo, te juro que lo mando de vuelta a la compañía de tu padre. Aun no me fío de estos robot´s multi-tareas que no dejan de crear-le dijo señalando a este, dirigiéndole una mirada clara de desconfianza.
Ha Ni solo sonrió mientras volvía a ponerse en pie para dirigirse a la puerta, como momentos antes se había sentado, entrando como un huracán con aquel robot.
-Estoy segura que no tendrás ningún problema. Espero que cuides bien de Siwon. Es uno de los mejores modelos que tenemos hasta ahora y estoy segura de que te sorprenderá en más de una manera-le dijo, guiñándola un ojo, traviesa, antes de volver a desaparecer por la puerta.
Colette solo se quedó de pie delante de su sofá, sin saber que hacer, abrazándose a ella misma a pesar que estaban casi en Julio.
Su pantalón corto blanco y su camiseta de tirantes color azul zafiro así lo demostraban, descalza como iba por la casa gracias al parqué del suelo.
Cuando el ruido de la puerta hacia mucho que había desaparecido, Colette comenzó a volverse muy lentamente hacia aquel hombre-robot que ahora ocupaba su salón, llenando el gran espacio que era este, como si la casa misma se hiciera eco de su presencia.
-Así que...-murmuró esta.-Te llamas Siwon,¿no?.
-Así es.¿Cómo debería llamarla a usted?-le preguntó este a ella muy educado.
Los ingenieros de la empresa del padre de Ha Ni no parecían haber olvidado los buenos modales.
-Oh. Como gustes. Supongo....que no habría problemas en que me llamaras por mi nombre-le contestó, dandose golpecitos en su muslo derecho con el puño, un gesto que hacia siempre que estaba nerviosa y que nunca había podido contener.
Siwon se dio cuenta de ello, pero no comentó nada al respecto.
-De acuerdo. Si así lo quiere, así lo haré, Colette.
Extraño, pero, en la forma en que este había dicho su nombre, el punto bajo y la forma de arrastrar las ultimas letras, le había echo que un rápido escalofrío la recorriera de arriba a bajo.
Rápidamente, clavó la vista en este para ver si se había percatado de ello, pero si lo había hecho, no dio señales de ello, lo cual Colette agradeció.
Se sentía ridícula por reaccionar así solo al oír su nombre dicho por un robot.
-Umm. Yo....tengo que hacer los últimos retoques en el vestido de novia de Ha Ni, así que estaré trabajando en la habitación que esta al lado de las escaleras-le dijo, señalando a su espalda.
El salón era enorme por que estaba abierto y conectaba con el recibidor y la cocina, que solo se separaba con una pequeña barra de obra. Las únicas habitaciones que habían en esa planta eran un baño al entrar a la izquierda, el despacho de Colette al fondo y un armario enorme para sus enredos en frente de la puerta del baño.
Al subir las escaleras, casi enfrente de la puerta del despacho de esta, había un gran recibidor que daba a la gran habitación de ella al fondo, contando con un amplio balcón que dejaba a la vista un hermoso paisaje de Seúl, dos habitaciones al lado derecho y otro cuarto de baño en frente, que conectaba con una puerta interior al cuarto de ella.
Siwon pareció repasarlo todo con sus ojos oscuros desde allí, finalmente asintiendo.
-¿Y qué quiere que yo haga mientras?.
-Pues...no sé. Da una vuelta por aquí, pero no rompas nada. Hazte una idea de la casa y eso, ya que parece que vas a estar aquí por una temporada-le contestó volviendo a darse aquellos golpecitos en el muslo y mirando a su alrededor, como si aun no se creyera que estuviera hablando con un robot en su propia casa.
-Tiene una casa muy bonita-puntualizó este.
-Gracias. A pesar de que trabajo, mis padres creen que si me mandan dinero, su ausencia durante casi toda mi vida será recompensado, así que, harta que siguiera aumentando en mi cuenta bancaria, decidí gastarlo en todo lo posible.
Al decirle aquello, Siwon asintió, pero ella frunció el ceño.
¿Por qué le explicaba esas cosas de su vida a un simple robot?. Si llegaba a entender aquello, tampoco es que en realidad le importara. Él había sido creado por personas, viviendo en una fabrica y siendo diseñado para servir a otros. No podía comprender aquellos aspectos de su vida por los que ella aun se sentía tan dolida.
-Su vida no parece haber sido fácil-le dijo este, aun asintiendo, haciendo que ella lo mirara, con sus ojos bien abiertos.
¿De verdad lo había comprendido?. Siempre había temido hablar de aquellas cosas porque la gente podía pensar que solo eran las quejas de una niña rica, pero aquel robot de verdad parecía entender por lo que había pasado, viviendo en la casa de sus ambos abuelos un tiempo con cada uno en distintos países, llendo a un piso comprado por sus padres a sus 15 años y yéndose a vivir sola a los 18 solo para poder decir que vivía sola por elección propia y no porque sus padres siempre estuvieran de viaje.
Aun sin salir del todo de su propia impresión, agito la cabeza y se dio la vuelta.
-Pues bien....No...me molestes mientras este trabajando y mira lo que quieras de la casa-le dijo, corriendo poco después a su despacho.
Siwon simplemente se quedó allí, mirando como ella se alejaba, con su cabello suelto agitándose tras ella y con aquel cuerpo bien definido visible con aquella escasa ropa.
En verdad que no había podido acabar en una casa mejor.

…..................

Cuando Colette se puso en pie, tras coser unos últimos detalles en el bajo del vestido de su amiga, notando como su espalda crujía, se dijo que era tiempo de dejar de trabajar en el vestido por ese día y pasar a otra cosa.
La boda era al mes siguiente, así que estaba diseñando un vestido sin mangas que se ceñiría el pecho de su amiga, favoreciendo un pecho que no era muy grande, pero que por ello hacia más bonito a aquel diseño, dejando la espalda al aire. Las pequeñas perlas se ajustarían en la parte superior, justo en el nacimiento de los pechos, combinando con las joyas que sabía que ella iba a llevar y sobre la suave tela de la larga falda había colocado otra capa de una tela transparente con brillo, con lo que cada paso de Ha Ni la haría brillante.
Estaba cosiendo unas pequeñas flores y plantas en el bajo del vestido porque sabía que a su amiga le encantaba y porque el velo estaría decorado de la misma forma.
Si continuaba con aquel buen ritmo de trabajo, estaría terminado antes de lo que ella misma esperaba, se dijo, asintiendo para sí mientras daba unos pasos hacia atrás y contemplaba sin prisa su trabajo hasta la fecha, quedando más que satisfecha con lo que veía.
-Pero aun tengo que asegurarme que los centros de mesa en el restaurante estarán listos-se recordó, siendo como era la madrina.
Dejando sus herramientas de costura sobre un taburete al lado del vestido, ignoró su mesa de trabajo, al que ni siquiera miraría por ese mes, y el resto de vestidos que estaban a medio hacer en otros maniquís a su alrededor, y salió de la habitación mientras se desperezaba, haciendo que su espalda crujiera deliciosamente y la hiciera sentir mejor.
Miró hacia el salón, pero, claro, durante horas como había estado encerrada en su despacho, debería haber supuesto que el robot, el tal Siwon, le haría caso y se iría a explorar la casa. Y pensar que no tenía ni idea de donde estaba en su propia casa no la hizo sentir muy bien.
Se aseguró que no estaba en la cocina ni en el baño de abajo, así que abrió el armario del otro lado, encontrándose, no sin sorpresa, que este estaba perfectamente ordenado. Siwon debía de haberlo hecho durante su exploración y había conseguido encontrar estanterías debajo de todos los trastos que ella había metido allí casi sin mirar donde caían.
Cerró la puerta con cuidado, aun sin creerse que su montaña de cosas ya no estuviera allí, amenazándola con enterrarla viva, y subió al piso de arriba para ver si allí había mejor suerte.
Revisó el baño y los dos cuartos de invitados, que ahora relucían como si les hubieran hecho una pasada a fondo, y, aun no sin estar del todo segura, miró hacia su cuarto.
Aunque no estaba por ningún lado de la casa,¿qué iba a estar haciendo en su habitación?, se preguntó con una pequeña sonrisa tonta en la cara.
Sin embargo, sus pasos no tardaron mucho en ir hacia allí precisamente.
Al abrir la puerta, encontró a Siwon en el lado izquierdo, frente a su cómoda, con sus braguitas azules de encaje en las manos.
-Hola-le dijo este sonriendo, como si nada.-¿Ya ha terminado de trabajar, Colette?.
Pero ella no contestó ni dio pie para que el escalofrío volviera a correr por ella ante la mención de su nombre, si no que corrió hacia él y le quitó su ropa interior de entre las manos, con las mejillas tan sonrojadas que no sabía porque no le explotaban.
-¿Qué haces con esto en las manos?-le dijo, poniendo la ropa bajo las narices de Siwon, aun sonrojada, pero igualmente enfadada.
-Estaba guardando la ropa que acababa de lavar-le contestó este con calma, señalando la cama de esta tras él, donde había una montaña de ropa de ella perfectamente doblada y planchada.
-No...no tenias por qué hacer eso-le dijo ella, notando como su enfado se esfuma al ver lo que se había esforzado en su primer día.
-No era ningún problema. Así Colette podía tener más tiempo libre-le dijo este, dirigiéndole una preciosa sonrisa que la dejó sin aliento por unos instantes.
Que la robótica hubiera avanzado tanto para crear un robot tan perfecto como aquel era algo que la tenía entre sorprendida y agradecida.
Nunca se había abierto demasiado a la gente por temor a que estos solo se interesaran por ella debido a su familia y su dinero, pero la ciencia y la tecnología habían conseguido crear aquel magnifico hombre, perfecto físicamente, hermoso, que sabía escucharla y fingir que la entendía, ordenaba y limpiaba la casa y podía dejarla K.O. con una sonrisa.
¿Qué más podía pedir?.
Aun a pesar de sus remilgos a que este estuviera en su casa, no pudo evitar contestar la sonrisa de este con otra suya, antes de volverse y dirigirse de nuevo al piso de abajo.
-Voy a hacer algo de cenar.¿Tú puedes tomar alguna cosa?.
-Estoy diseñado para comer cualquier tipo de alimento, así que no tienes que preocuparte-le contestó Siwon, caminando pocos pasos tras ella.
Colette solo asintió, sabiendo que no olvidaría eso.
En realidad, cuando estaba sola, no vigilaba lo que comía ni se preocupaba por cocinar, ya que siendo solo ella, le parecía una perdida de tiempo. Pero, si este podía comer cualquier cosa (que cosas podían inventar ya), tendría más cuidado en el futuro. Ha Ni también debía haber pensado en eso cuando lo había traído a casa.
Cada vez agradeciendo más a su amiga por el favor, sacó cosas de los armarios, miró el frigorífico y cogió las verduras que hacían falta para preparar unos platos de Hiyashi chuka (3) mientras Siwon se sentaba en uno de los taburetes de la barra de la cocina y la observaba prepararlo todo en silencio, observando con agrado que ella parecía feliz.
-No es que la cocina sea mucho lo mio, pero he hecho lo que he podido-se disculpó de antemano, colocando un plato, cuando acabó, delante de él mientras ella se sentaba en el taburete de al lado.
-Seguro que estará delicioso-aseguró él, dirigiéndole una pequeña sonrisa.
-¿Cómo puedes saberlo?.Ni siquiera lo has probado aun-le dijo Colette a su vez, intentando contener el sonrojo que le pugnaba por llegar a sus mejillas.
-Porque lo has hecho tú-le dijo Siwon con toda su sencillez, cogiendo el tenedor.
Pero, precisamente por ello, lo hacia más encantador.
``Kiowo (4)´´,pensó Colette, sin ya poder evitar que las mejillas se le sonrojaran sobremanera y, aun sin apartar los ojos de él, mientras Siwon se llevaba el primer bocado a la boca, su mano dio contra el vaso de agua, que se cayó sobre la mesa, haciendo que todo el contenido corriera por la lisa superficie hasta los pantalones de este.
-¡Omo!.¡Miane!-exclamó Colette (N.del A:¿en serio tendré que poner lo de ``Dios. Perdón´´?), poniéndose en pie de un salto, haciendo que Siwon hiciera otro tanto de lo mismo a su lado mientras miraba sus pantalones calados.
-No pasa nada. Ha sido un accidente-la tranquilizó él, cogiendo una servilleta encima de la barra y tratando de quitar algo de agua de la prenda.- Se secará enseguida.
-Pero no puedes ir por la casa con la ropa mojada-le dijo Colette, cogiendo más servilletas y pasándoselas a él rápidamente, las cuales Siwon aceptó con calma.
-Soy un robot, así que no puedo resfriarme-le recordó este.-Además, no tengo más ropa que esta, así que no puedo cambiarme aunque quisiera.
-¿No tienes más ropa?.
-En la fabrica no nos diseñan con un armario-le explicó este con una pequeña sonrisa en los labios.
La inocencia de ella ante algo tan lógico parecía hacerle sonreír.
-Pues necesitaré comprarte ropa. No puedes ir siempre con lo mismo y se puede manchar en cualquier momento-recalcó, señalando los pantalones actualmente empapados.-Tienes que tener al menos unas cuantas prendas para cambiarte mientras que otras se lavan.
-¿Quiere eso decir que me comprarás ropa, Colette?-le preguntó este, mirando la cara de esta mientras ella seguía pendiente de sus pantalones, como si por mirarlos, fueran a secarse antes.
-Pues sí, tendré que hacerlo, ya que se supone que eres mi robot. Ha Ni no estaría contenta si ve que no te trato bien. Pero, aunque sé que no puedes enfermarte, me pone nerviosa verte con esas ropas mojadas-le dijo esta.
-Oh. No hay ningún problema. Me las quito-dijo este tranquilamente, llevándose las manos al cierre de estos.
Colette se quedó un momento sorprendida, no esperándose para nada esa reacción por parte de este, así que no pudo volverse como habría querido a la suficiente rapidez para darle algo de intimidad a este, quedando grabada en su retina la imagen de unos bóxer negros y ajustados sobre una zona tan delicada y ligeramente abultada.
Se giró rápidamente cuando se dio cuenta de lo que este estaba haciendo, notando como su cara ardía de nuevo por mucho que se dijera a sí misma que aquel hombre solo era un simple robot domestico.
-Voy a ….traerte una toalla para que te tapes-le dijo esta, tapándose un lado con la cara con una mano.
-No hace falta. También estoy cómodo así-le dijo Siwon.
-Pero yo no-murmuró ella mientras echaba a correr hacia el cuarto de baño de abajo en busca de una toalla.
En el rostro de este no pudo evitar formarse una sonrisa ante aquello.










































*(1) Chaebol: Sucesor de una empresa o compañía.
*(2) Chal senguiota: significa``qué guapo eres/ es´´. Se dice solo de los chicos.
*(3) Hiyashi chuka: es una ensalada de fideos fríos.
*(4) Kiowo: significa`` qué mono/a´´. Se puede decir de una cosa o de una persona.






CAPITULO 2


Como cada mañana, el despertador de Colette estaba conectado con su equipo de música, así que, cuando este marcó la hora, la casa empezó a llenarse con el sonido de la canción de EXO-K: What is Love, haciendo que esta se levantara con una sonrisa en la cara y se dirigiera al baño, moviéndose animadamente, para lavarse la cara y los dientes.
Cuando salió, aun bailando, ya que tenía los altavoces de la casa activados para que sonara por todas partes, bajó las escaleras bailando aun, dejando ir sus caderas, solo vestidas con un conjunto de ropa interior color verde claro y una camiseta vieja y amplia que apenas le llevaba por el ombligo, encontrándose de golpe con Siwon en el salón mientras comenzaba a sonar la canción de otro grupo, con su canción``Super Man´´.
Tal fue su impresión al encontrarse con él de golpe que se le cortó la respiración y tuvo que llevarse una mano al pecho para asegurarse de que su corazón aun latía allí dentro y no se había fugado por su boca, como tenía por sensación.
-¿Qué hacías ahí parado sin más?-le preguntó Colette cuando consiguió que sus pulmones volvieran a obedecerla y se llenaran de aire.
-Los robot´s no dormimos, así que solo estaba esperando a que bajaras-le dijo este sin más, vistiendo de nuevo toda su ropa.
Los pantalones se había secado rápidamente cuando ella había cogido su secador tras la cena, así que ya podía mirarle sin que los colores le subieran a la cara.
O hubiera podido si no se hubiera acordado que ahora era ella la que iba en ropa interior,se recordó, intentando bajar la camiseta todo lo posible, sin que esta se permitiera ocultar demasiado.
-Bueno...pues....en cuanto desayunemos, iremos a comprarte algo de ropa.
-Me parece bien-le dijo este, sonriendo.
Y Colette hubiera desayunado con rapidez como se encontraba si no fuera porque sentía la mirada de este por su cuerpo, como si la estudiara o estuviera aprendiéndose su cuerpo de memoria, como si la piel de esta al descubierto fuera una gran descubrimiento fascinante para él.
-Espera aquí abajo mientras voy a cambiarme-le ordenó.
-De acuerdo-le contestó Siwon, cuadrándose donde se encontraba.
La 2º ley de la robótica establecía que un robot tenía que obedecer cualquier orden dada por su dueño, siempre y cuando esta no interfiriera con la primera ley: Ningún robot podía matar a un humano.
La 3º ley era que un robot podía defenderse siempre que esa acción no entrara en conflicto con las otras dos leyes, pero Colette esperaba que la tercera ley no tuviera que ponerse a prueba en ningún momento.
Después de ponerse un vestido corto de tirantes de color rojo claro, regalo de su madre desde Paris (alegando que tenía que conseguir novio ya a sus 25 años), bajó de nuevo sin prisa por las escaleras descalza, ya que sus zapatos los tenía todos en un pequeño mueble al lado de la puerta.
En su casa, le gustaba ir cómoda, lo que mayormente significaba que iba descalza por todas partes, sin importar que fuera una habitación o un cuarto de baño.
Siwon, como buen robot que obedecía las ordenes, había esperado pacientemente abajo, en el mismo lugar donde estaba cuando Colette había ido al piso de arriba, sin apartar sus ojos de ella en ningún momento, consiguiendo ponerla nerviosa sin proponérselo.
-Como tenemos algo de prisa, solo haré unas pocas tostadas y unas tazas de café,¿de acuerdo?. Porque...puedes beber café,¿verdad?.
-Ya te dije que con la alimentación no hay problema-le aseguró este, asintiendo.
-De acuerdo-le sonrió ella, dirigiéndose a la cocina.
No vio como se endurecía la cara de este ante su sonrisa, como conteniéndose así mismo por algún motivo.

….................

Tras comprobar que no había forma humana de cerrar la chaqueta de Siwon y tapar un poco el pecho desnudo de este, Colette le dijo que se subiera en su Hyundai negro, de lineas clásicas, aparcado como lo tenía en el parking interior del edificio.
No podría hacer nada cuando la gente se escandalizara en el centro comercial, pero al menos procuraría que a ninguna ahjumma le diera un infarto cuando vieran a Siwon caminando por la calle. Aunque, mirando su cara, segura estaba que a más de una le daría el infarto igual al mirarlo.
Este estuvo silencioso en el interior del coche, ignorante a las miradas que Colette le dirigía de vez en cuando, sentado como estaba a su lado y, como mucho, solo miraba de vez en cuando hacia la calle, mirando por la ventanilla, como un pájaro recién nacido que recién empieza a batir las alas para salir del nido.
Aquel aire curioso e infantil que se sentía en él en aquel momento resultaba en verdad encantador, pensó ella mientras aparcaba frente a las puertas del centro comercial.
Ahora llegaba la hora de la verdad.
Si Siwon llamaba demasiado la atención, un guarda de seguridad le pidiera amablemente que abandonara el edificio y ella tendría que comprarle la ropa a ojo cuando ella jamás había comprado ropa de hombre. Lo máximo que había llegado a comprar fue una corbata para su padre por navidad cuando tenía 5 años. Y Colette casi no había hecho nada mientras su madre veía lo que escogía.
Podía diseñar ropa para ambos sexos porque, en realidad, solo eran dibujos, meros bocetos en papel, pero ella se había especializado en confeccionar ropa de mujer.
Ordenando a Siwon que permaneciera lo más cerca posible de ella, a su espalda para ocultar el pecho al aire, respiró hondo y entró al edificio, con él detrás.
Pero, aun con todo su cuidado, no pudo evitar que los ojos de las jovencitas, y más de una no tan jovencita, se fijaran en aquel hombre con cuerpo perfecto y sonrisa de ángel.
-Mom-jjang (5)-comentó una mujer a una amiga mientras ambas se detenían y  giraban la cabeza para mirarlo.
Pero Siwon solo la miraba a ella, caminando unos pocos pasos detrás, y ningún guardia los había parado todavía, por mucho que las chicas empezaran a exclamar a su alrededor.
Colette rezó para que siguieran teniendo tan buena suerte como hasta ahora mientras se dirigían a la planta de ropa de caballero.
Allí, intentando mantenerse alejada de las curiosas dependientas todo lo que pudo, esta empezó a poner ropa en los brazos de Siwon, casi sin mirar lo que cogía por las prisa, y cuando vio que el rostro de este estaba oculto por la montaña de ropa que llevaba en brazos, le mandó al probador más cercano.
-Toda la ropa que te quede bien, llevala al mostrador y yo la pagaré-le ordenó ella, cuando lo dejó tras la cortina.
-Pero...¿eso no seria gastar demasiado?-le preguntó él desde el otro lado.
-Puede, pero es el dinero de mis padres, no el mio, así que no te preocupes por nada. Tú solo pruébate la ropa y haz lo que te he ordenado.
-De acuerdo-fue lo único que le contestó, haciendo que Colette pudiera imaginarse sin problemas como se cuadraba allí dentro tras su orden, haciendo que apareciera una sonrisa en su cara.
-¡Ah!. Y dejate puesto algún conjunto distinto al que traías puesto. No puedes salir de nuevo con él de aquí-le recordó.
-Entendido-fue la respuesta desde el interior.
Y, como bien ella le había ordenado, Siwon salió con un conjunto puesto, formado por un pantalón y camiseta blancos, con una chaqueta azul claro y un pañuelo a juego al cuello.
Cuando Colette lo vio con esas ropas, que parecían haber sido hechas a medida para él, no pudo evitar contener el aliento mientras lo veía caminar hacia ella, tras dejar la ropa sobre el mostrador, caminando con la seguridad que solo un hombre consciente de sí mismo y su poder podría expresar con esa soltura. Cualquier modelo masculino sentiría una intensa envidia si solo pudieran verlo durante unos breves instantes.
-¿Nos vamos a ir ya?-le preguntó, tras colocarse frente a ella, luciendo una luminosa sonrisa que casi la convirtió en un charco en el suelo.
-S...sí. Nos....nos iremos cuando haya pagado la ropa que vas a usar-dijo esta, caminando hacia donde Siwon había dejado la ropa, observando como las dos dependientas que estaban encargadas allí observaban a este como si fuera un caramelito lejos de su alcance.
En parte, entendía esa reacción por su parte. Cualquiera que viera a este reaccionaría de ese modo, pero...si supieran que era un simple robot, que por dentro no seria nada más que luces y engranajes...¿seguirían reaccionando de ese modo hacia él?.
Echando un rápido vistazo por encima de su hombro, viendo como Siwon caminaba solícitamente tras ella, estaba más que segura de que si.
Incluso sabiendo que era un simple robot, ella no podía evitar quedar fascinada con él.¿Por qué iba a ser distinto con el resto de la gente?.
-Cuando lleguemos a casa, te agradeceré que me hayas comprado esta ropa como es debido-soltó Siwon de pronto, mientras Colette pagaba las compras con la tarjeta.
Tanto ella como las dependientas de allí se volvieron rápidamente hacia él, sonrojadas ante sus palabras.
-¡Tú!.¡Andue!(6).¡No puedes decir unas palabras tan desvergonzadas como esas en un lugar público!.¡La gente podría malpensar!.¿Araso?( 7 )
-No era mi intención molestarte, Colette-dijo este, pareciendo dolido por el regaño, con lo que consiguió que la expresión de ella se relajara.
-No me has molestado, babo (8), pero en todo momento tienes que tener en cuenta el lugar donde estas antes de hablar. Si no, puedo inducir a errores-le dijo, colocando la mano sobre el brazo de este, el cual asintió.-Bien. Si lo has entendido, todo esta bien.
Y, ordenandole que cogiera las bolsas y la siguiera, dejó a las dos dependientas demasiado ocupadas comentando la clase de relación que tendrían como para ir a atender a otros clientes.

….............

Durante el regreso a casa tras las compras, Colette se encontró mirando hacia este más que antes.
Siwon volvía a estar pendiente de el paisaje desde su ventanilla, pero, aunque antes su espectacular cuerpo estuviera a la vista, con aquellas ropa estaba fascinantemente masculino y atractivo, casi como si fuera algún actor de Hollywood que se hubiera colado en el coche de Colette sin que ella se diera cuenta.
Era cierto que la ropa no hacia a la persona, pero de que buen modo ayudaba, pensaba esta mientras llegaban a casa.
Su wanja (9) estaba oculta por aquellas prendas que le había comprado, pero el mismo aire que le envolvía hacia que fuera imposible no fijarse en su atractiva presencia.
Cuando por fin llegaron de nuevo al apartamento, Colette se quedó observando las bolsa que Siwon había dejado en la entrada, esperando sus ordenes para ver donde las colocaba. El problema de aquello era que ni ella misma sabía donde iba a meter aquella ropa.
-¿Lo guardo en el armario de abajo, Colette?-le preguntó este, notando como ella miraba con dudas las bolsas que ahora invadían su casa.
-¿Eh?. No,no. No se puede guardar esta ropa ahí. Necesita estar colgada en un armario apropiado. Sube arriba y guardala en el armario de la primera habitación de invitados, ¿de acuerdo?. Digamos que, aunque no duermas, a partir de ahora aquella va a ser tu habitación.
-Me honras mucho en hacerme un hueco en tu hogar-le dijo este, dirigiéndole de nuevo una sonrisa que la dejó congelada donde estaba.
Se tuvo que obligar a carraspear para despertar del estado de ensimismamiento en el que este la había dejado, golpeándose el muslo nerviosamente de nuevo.
-No...es para tanto. Tengo espacio mucho más que de sobra en esta casa. Corre y guarda la ropa antes de que se arrugue. Yo iré a preparar algo de comer-le dijo, ya con la intención de dirigirse a la cocina, al lado derecho de la entrada, dejando a Siwon con una expresión algo confundida, como si no hubiera entendido algo de lo que le había dicho.
-¿Vas a cocinar con ese vestido?. Parece caro.¿No seria una pena que se manchara?.
Ante ese comentario, Colette se detuvo, pero no se volvio hacia él.
-Hay cientos de vestidos parecidos de donde salio este. No tienes de qué preocuparte-le contestó, con una voz claramente helada.
Fuera quien fuera quien le había comprado el vestido, le despertaba oscuros sentimientos en ella.
-¿Fue un regalo de tus padres, Colette?-le preguntó, recordando lo que esta le había dicho de ellos.
Y por fin se volvio a mirarle, dirigiéndole la mirada más helada que alguna vez hubiera visto.
-Mi madre. Cuando recordó que tenía una hija y se dio cuenta que aun estaba sin casar. Pensaba que comprándome esto, me ataría a alguien.¿Tú entiendes ese estupido pensamiento?.
-Lo lamento, pero no. Para mi, eso no tiene sentido-le dijo este, pareciendo apenado.
-No. Ni para mi tampoco-contestó Colette a su vez, con una sonrisa helada y desprovista de humor en sus labios.
Siwon no quería ver una sonrisa como aquella en el rostro de su dueña.
Pero ella se giró y se dirigió de nuevo hacia la cocina, comenzando a trastear mientras este aun permanecía un poco más donde estaba antes de girarse e ir a realizar la orden que le habían encomendado.
Al bajar de nuevo las escaleras, ahora con la ropa perfectamente colgada y doblada dentro del armario de lo que seria su cuarto a partir de ese día, aun vio a Colette cocinando en la cocina, con esa oscura expresión en el rostro.
Había tocado un tema tabú para ella sin ni siquiera saberlo.
Haberlo hecho, herirla sin saberlo porque, en esencia, no sabía nada de ella, le dolía mucho más de lo que creía posible.
Pero se le cruzo una idea que podría hacer desaparecer esa oscura expresión de una buena vez.
Como agradecimiento por la ropa que le había comprado, él le había dicho que le demostraría su gratitud una vez que estuvieran en casa y aquel era el mejor momento para ello.
-¡Colette!-la llamó, aun en los últimos peldaños de la escalera, con una nueva sonrisa en el rostro.
-¿Qué ocurre?-le preguntó ella, sin levantar la vista de los pucheros y cazos que tenía en el fuego, vigilándolos como si temiera que explotaran si no los miraba.
-¡Tengamos sexo!-exclamó feliz.
Logrando que ella por fin alzara la cabeza y lo mirara.
-¡¿Muorago (10)?!-exclamó ella.
Si en aquel momento hubiera llevado algo en las manos, estaba segura que hubiera acabado echo trizas en el suelo.
-Ya me has oído. Pareces triste y yo debo agradecerte por la ropa que me has comprado. Las relaciones sexuales ayudan a fomentar el buen humor. Relaja y libera el estrés. Igualmente también es uno de los ejercicios más completos. Te ayudara-le explicó este, aun dirigiéndole una amplia sonrisa.
-Michoso (11)-sentenció Colette sin más, volviendo su atención a la comida, como si Siwon le hubiera dicho que había visto pasar un ovni volando por la ventana.
-¿Por qué dices eso?-le preguntó este, colocándose frente a ella en la cocina.
-Porque sí. Eres un robot.¿Cómo puedes sugerir una cosa así?.
-Pero es que puedo. Soy la versión amante night 02. Tengo los conocimientos necesarios para complacer a mi dueña en todo lo que quiera-dijo este, sacando pecho con algo de orgullo.
Lo que provocó que Colette, que lo estaba mirando, rompiera a reír.
Por un momento, Siwon pareció ofendido, dirigiéndole un pequeño puchero molesto, pero luego le sonrió mientras la veía riendo sin control, consiguiendo que olvidara aquello que la había puesto de tan mal humor.
-¿Qué eres la versión amante night 02?.¿Y eso que significa?.¿Qué la versión 01 fue un desastre o qué?.
-No. Que recogieron los datos suficientes para que la versión 02 tuviera un éxito del 100x100 al entregar el placer que sus dueños precisaban. Incluso el estudio que se empleo para nuestra realización se esta planteando en humanos para comprobar los resultados de un modo más tradicional.
Ante aquello, dicho con tanta convicción, aunque aun se viera la sonrisa en el rostro de este, hizo que Colette dejara de reírse.
¿En verdad se habían encargado de hacer un estudio como ese en la fabrica del padre de Ha Ni?. Con razón esta le había dedicado aquel guiño cuando había abandonado su piso, sabiendo lo que le dejaba atrás. A parte de todas las perfecciones que parecía que tenía este, ¿tambien era un perfecto amante?. Si seguían a aquel ritmo en la fabrica, daba por seguro que no tendrían problema alguno para obtener beneficios rápidos y continuos.
-Aun así, no pienso tener sexo contigo-le dijo ella, centrándose en la cocina de nuevo.
-¿Por qué?. Ya te he dicho que estoy diseñado para eso-se quejó este.
-Porque, para mi, sigues siendo un robot, por muy entendido en esas cosas que estés-le dijo, apoyándose en la barra para poder inclinarse hacia él y hablarle directamente a los ojos.
Este pareció nuevamente molesto, pero no comentó nada más al respecto, centrándose en ayudarla a terminar de cocinar.

…..........

Sin embargo, el tema no estaba tan resulto como Colette creía.
Ya entrada la madrugada, envuelta hasta el cuello con sus sabanas, dormía profundamente, por mucho que sus conocidos se quejaran al verla dormir así. Decían que era imposible que se cubriera de ese modo ni aunque tuviera el aire condicionado de la casa encendido, pero a ella le encantaba y lo hacia desde niña.
Oyó la puerta de su cuarto abrirse, pero desechó el sonido como producto de algún sueño que estuviera teniendo.
Sin embargo, cuando notó que un lado de las sabanas se alzaba y un cuerpo se le unía en la cama, ya no pudo seguir haciendo como si allí no pasara nada.
Abriendo los ojos de par en par, se volvió lo suficiente para ver a Siwon tumbado a su lado, vestido solo con unos pantalones de pijama azul claro que también le había comprado.
-¿Se puede saber que estas haciendo aquí?.
-No quisiste tener sexo antes de la cena, pero lo dejé correr porque soy la versión night y actúo mejor por la noche. Creo que mi dueña también pensó en eso-le dijo, sonriendo.
-¿Chugul-le?(12)-le preguntó Colette, empezando a molestarse con él por ser tan insistente en ese tema.
-Por supuesto que no. Quiero estar junto a mi dueña Colette todo el tiempo que pueda-le dijo este, acercándose más a su cuerpo.
Ella abrió la boca para ordenarle que saliera de aquella habitación cuanto antes, pero Siwon fue más rápido y, con solo una pequeña prenda de ropa interior, la mano de este accedió a su cuerpo sin demasiados impedimentos.
No pudo impedir que un débil gemido se escapara entre sus labios cuando la mano de este hizo contacto contra su piel. Toda ella empezó a temblar sin saber por qué, de manera descontrolada, mientras los dedos de este empezaban a sondearla, a explorarla.
-¿Qué...qué estas haciendo?-consiguió decirle, aun con el poco aliento que le quedaba, pero sin llegar a sonar todo lo molesta que le hubiera gustado parecer.
-Tranquila. Estoy diseñado para encargarme de ti en todas las formas que pueda complacerte. No tienes nada de lo que temer-le aseguró él, como si aquello contestara a su pregunta, al mismo tiempo que se acercaba más a ella hasta que Colette notó como el miembro de este descansaba contra su trasero.
Había visto aquella parte de él el primer día que había llegado a su casa, cuando se había mojado los pantalones, pero nunca pensó que iba a tener aquella parte de él tan cerca.
Incluso contra su propia voluntad, su cuerpo se onduló en la cama, notando como él seguía explorándola de aquella manera calmada y detallada, como si no pensara moverse ni terminar lo que estaba haciendo en un buen rato.
Consiguiendo que su mente se fuera desconectando con sus caricias, Colette se encontró frotando su trasero contra él cada vez que este la tocaba, paseándose sobre su carne más intima, abriéndola, preparándola para lo que él pensara hacerle aquella noche. Que un robot pudiera proporcionarle esa clase se placer se le hacia demasiado extraño, pero fue un débil pensamiento que desapareció bajo las atenciones de las manos de él.
Mientras se encargaba de extender la humedad que empezaba a aflorar de ella con una mano, la otra se encargó de ascender lentamente por su estómago, haciéndola cada vez más consciente de él y su cuerpo, hasta llegar al interior de su camiseta corta de dormir, encontrando con agrado que no había ningún sujetador que le impidiera el libre acceso a sus pechos.
Colette prescindía de esa prenda para dormir porque solía clavarse en su piel y le resultaba muy incomodo. Además, en casa había estado sola o con Ha Ni, así que no tenía nada que temer si alguien la veía durmiendo así.
Sin embargo, en aquellos momentos, descubrió otra de las ventajas de dormir de aquel modo mientras Siwon cogía uno de sus pechos en su mano, siendo a la medida perfecta, y la acariciaba con cuidado hasta llegar a su brote ya hinchado, pellizcándolo lo suficiente para volver a hacerla gemir, recibiendo un beso en el cuello como premio.
-Así. Muy bien. Dejate ir-le murmuró este junto a su oído, en un tono más bajo y ronco, al tiempo que se frotaba cada vez más rápido contra ella.
No recordaba la ultima vez que había estado con un hombre, siempre siendo experiencias cortas y no muy satisfactorias para ella aunque en principio no le había parecido así. Sin embargo, en aquella ocasión, mientras los dedos de él la trabajaban y notaba aquella parte endurecida de él contra su trasero, algo le dijo que su idea sobre el sexo iba a cambiar a partir de aquel momento.
Sin precio aviso, un dedo se introdujo en su canal, haciéndola gemir sin control contra él, moviendo un brazo hacia atrás hasta notar el corto cabello de él entre sus dedos, con la vaga intención de apartarlo, pero, mientras lo agarraba con más firmeza, el dedo en su interior empezó a moverse dentro de ella, provocando que el calor se extendiera por ella y le hiciera olvidar cualquier cosa que fuera a hacer, solo agarrándose a él mientras Siwon se encargaba de todo.
-Ah. Sabía que serias así de perfecta-volvió a murmurar él contra su oído con todo adulador, encantado con todo lo que encontraba en ella.
Colette no pudo decirle nada por que en aquel momento un segundo dedo se unió al primero y la presión sobre sus pechos también aumento, arrancándole cualquier rastro de consciencia que aun le quedara, cabalgando sobre el placer que él estaba creando para ella.
Era tan dulce y, a la vez, tan excitante, que notaba como su culminación se acercaba como un tren a plena potencia y sin frenos mientras cubría todo su interior con una extraña mezcla melosa, como la mantequilla derritiéndose sobre una sartén caliente.
Aun agitándose en la cama y teniéndole sujeto, se dejó arrastrar por el éxtasis gritando su nombre.
Este siguió sobre ella, explorándola, aprovechando sus contracciones internas para unir un nuevo dedo en su interior y alargar su dulce tortura, solo observándolo todo como un narrador omnisciente, besándola en el cuello y un lado del rostro mientras le decía palabras dulces que la ayudaban a alargar su momento, permaneciendo con ella en todo momento.
Cuando consiguió recuperar la calma y el control sobre su cuerpo, se incorporó de golpe y se apartó de él, rompiendo cualquier contacto que Siwon aun mantuviera con su cuerpo mientras le dirigía una mirada triste, notando su distancia como un dolor físico.
-¿Acaso no te ha gustado lo que te he hecho?. Puedo hacerlo mejor.
Colette lo miró y negó con la cabeza, pero aun no se veía capaz de hablar.
Pocas habían sido las ocasiones en las que había llegado al orgasmo, le sobraban dedos de una mano, y, sin duda, ninguno podía compararse al que acababa de tener.
Ahora observaba a este, intentando encontrar el secreto para saber conducirla de aquella manera, como si fuera algo que llevara reflejado en la cara. Aun notaba sus partes anhelantes de más de aquellas caricias, deseosa de conocer todos los medios que este tendría para tratarla, para satisfacerla hasta que no pudiera levantarse de la cama. Pero...¿cómo podía decirle aquello con palabras?.
















(5) Mom-jjang: “El mejor cuerpo". Término para referirse a la persona con buen cuerpo.
(6) Andue:  "No puedes, no lo hagas, no". Se utiliza mucho para referirse a una cosa que no se puede hacer o pasar, para decir "no"
(7) Araso:  “¿Entendido?”
(8) Babo: “Idiota”
(9) Wanja: Viene a referirse a la tableta de chocolate de los chicos. Los abdominales, vamos.
(10) Muorago:“¿Qué has dicho?”
(11) Michoso:"Te has vuelto loco, estás loco, me voy a volver loco".
(12) Chugul-le:“¿Quieres morir?”







CAPITULO 3

Siwon podía ver que como el cerebro de Colette trabaja a marchas forzadas para encontrar algo en él para su tranquilidad mental. Si supiera que buscaba, la ayudaría encantado, como era su deber, pero, sin saberlo, simplemente permaneció tumbado en la cama bajo el escrutinio de ella, ahora con su erección visible al haberse ella llevado consigo las sabanas al apartarse de su lado, notable a través del fino tejido de los pantalones que llevaba.
No intento ocultarlo, ¿para qué?, si no que dejó que ella fuera consciente de ello también con los ojos, ya que su cuerpo lo había notado más que de sobra. Hasta hacia unos instantes, las caderas de ella no habían dejado de buscar esa parte de él insistentemente.
-¿Ocurre algo?.¿Deseas que te ayude de algún modo, Colette?-le preguntó, utilizando de nuevo aquella forma melosa de pronunciar su nombre.
Había notado su reacción desde el primer momento, estaba pendiente de cualquier cosa que se tratara de ella, y se lo había anotado mentalmente, solo que no se lo había hecho saber.
-Tú...-murmuró esta por fin, aferrándose a las sabanas.-¿Es verdad que todas tus partes parecen humanas?.¿Todas absolutamente?-le preguntó, mientras un rápido rubor le cubría las mejillas y bajaba sus largas pestañas sobre los ojos para que no pudiera leer nada en ellos.
Sin embargo, Siwon no era ningún idiota. Sabía a lo que se estaba refiriendo.
-¿Te gustaría comprobarlo?. Aun ni había empezado esta noche. Claro que solo si me dejas-le dijo, elevándose sobre un brazo para quedar a la altura de sus ojos, más cerca.
-No estaría mal comprobar que es así. Solo....por si acaso-volvio a murmurar ella, mirando a otro lado, incapaz de mirarlo a la cara.
No iba a esperar a que le diera un sí rotundo, así que cogió una de las manos de ella que apretaban con firmeza las sabanas y la colocó sobre su pecho, dejando que esta pudiera tocarle libremente como mejor quisiera.
-¿Notas algo fuera de lo normal?-le preguntó en voz más baja, a penas un susurro compartido entre ellos y la cama.
Colette no abrió la boca, pero paseó la mano por aquel pecho bien definido. Primero un lado, luego el otro. Tocó la clavícula, algo visible a través de aquella suave piel, sin notar nada raro o fuera de lo normal. Siendo un robot, espera encontrar partes duras, sitios donde notara las piezas de una maquinaria, pero comprobó felizmente que no era así. Allí solo podía notar músculos firmes y fuertes, huesos sólidos y suave y cálida piel.
Aun sin terminar su exploración, paso un dedo sobre uno de los pequeños brotes de él, que reaccionó por sus caricias, robandole poco del aliento que ya no le quedaba a ella, bajando la mano por el camino que se abría por la mitad de sus abdominales hasta su ombligo, sin encontrar todavía nada que la disgustara, y paseó la mano por los huesos de las caderas de ambos lados con calma antes de subir de nuevo y comprobar sus costillas, debajo del pecho que no había atendido.
En ningún momento se había molestado en observar la cara de este mientras se tomaba su tiempo en acariciarlo, pero, en ese momento, alzó la cabeza y vio los oscuros ojos de este brillar sobre ella entre los parpados entrecerrados. Era como si las caricias curiosas que le había procesado sobre su cuerpo le hubieran encendido de algún modo.
-¿Te han hecho sensible?-llegó a preguntarle a media voz.
-Todo lo sensible como para pasar por un humano normal-le contestó este mientras se acercaba más a ella.
Y, antes de que Colette pudiera preguntarle algo más, Siwon le dejo un suave beso en los labios que, por muy tierno que pudiera parecerle, escondía una gran fuerza contenida debajo.
Saber eso, que este tenía ese poder bajo él y aun así la trataba con aquella dulzura y cuidado hizo que todo ella se echara a temblar de pies a cabeza, contestando tímidamente a lo que seria el primer beso que habían tenido entre ambos.
Siwon le cogió un lado del rostro y la hizo ladearse al contrario que él, aumentando la duración del contacto de sus labios, comenzando a atender el superior con especial cuidado, como si supiera de la pequeña cicatriz que sus padres hicieron desaparecer con cirugía cuando se había caído de un muro, huyendo de los cocodrilos que tenía un amigo de sus padres en su propiedad.
Solo sus abuelos, padres y Ha Ni sabían sobre eso y solo esta ultima sabía de su miedo a que aun se notara de algún modo.
Se paseó mil y un veces por esa zona, atendiendo con cuidado el labio de abajo también, pero siempre volviendo allí hasta notar la primera caricia de su lengua, que ella recibió abriendo instintivamente la boca para él, dándole libre acceso a donde él quisiera entrar, recibiendo un pequeño mordisco juguetón en su labio superior como premio antes de que la lengua de Siwon entrara en su boca, arrastrándose sobre la suya con un lento pasar que la arrancó un gemido desde el fondo de la garganta.
Sin ser consciente aun, con su mente totalmente apagada, ascendió las manos, soltando las sabanas, por el pecho de este, disfrutando de nuevo de su piel contra los dedos, hasta que enredó los brazos en torno a su cuello, anclándose a él de aquella manera mientras este exploraba libremente a través de ella, lamiéndola, tomándola, haciendo lo que quería con ella y solo consiguiendo que quisiera más de todo aquello.
¡Guaaa!.¿Quien hubiera pensando que unos besos podrían tenerla tan perdida?. Pero la manera en que Siwon tenía de hacerlo la hacia creer que podría pasarse horas y horas perdida en sus labios, disfrutando de todo cuanto hiciera, con el calor de su cuerpo dando contra el suyo.
¡Dios bendijera a las nuevas tecnologías!, se moría por soltar, pero hablar significaría que tendría que alejarse de aquellos acolchados labios que sabían como despertarla y aquello si que no pensaba permitirlo de ninguna manera.
Sin embargo, como si le hubiera leído el pensamiento, Siwon se separó de ella y la observó, aun con sus ojos entrecerrados, haciéndola darse cuenta que no había podido respirar hasta ese momento.
Aun así, si moría ahogada de aquella manera, no le parecía tan malo.
Se negó a liberar su cuello, observando los hinchados labios de este, sabiendo que los suyos aparecerían de manera similar y, adorando aquel pensamiento, volvió a inclinarse hacia él, siendo en aquella ocasión ella quien llevaba la voz cantante, dejando de lado las delicadezas mientras invadía la boca de este con la lengua, arrasando todo lo que encontraba a su paso, observando, encantada, que el interior de su boca también era igual a la de un humano normal.
Siwon alzó las manos de nuevo por el interior de su camiseta, calentando y encendiendo la piel de su espalda mientras comenzaba a contestar a su beso con igual dureza, dejándola a un lado mientras él volvía a hacerse cargo de nuevo de su placer.
Succionó el interior de su boca e incluso llegó a morderle la lengua cuando este la retiró y ella lo siguió al interior de su boca, no disgustándole la sensación, pero pillándola por sorpresa.
Parecía que los niveles de control y tranquilidad de este estaban empezando a apagarse y que se estuviera empezando a frotar contra ella aquella erección que ya había visto y sentido, pero que ahora le parecía más real, había comenzado a asustarla, sabiendo en que había acabado aquello en sus anteriores relaciones.
Bajo las manos para colocarlas sobre los hombros de este, tratando de apartarlo, pero era obvio que no habría modo de moverlo, ya que Siwon era el doble o el triple de fuerte que ella.
Pero, al notar sus esfuerzos por alejarlo, este retiró un poco la cabeza.
-¿Ocurre algo, Colette?. Maleba (13)-le susurró este, a penas separándose de sus labios, besando estos con cada palabra que decía, despistándola de lo que quería.
-Yo...no estoy muy segura de esto-consiguió decirle, mirando sus piernas por que no se atrevía a mirarlo a la cara.
-No haré nada que tú no quieras. Pero dejame conducir esto un poco más. Solo un poco más, Colette. Y, si no te gusta, entonces te prometo parar-le dijo en un susurro, besando su oído al mismo tiempo que hablaba, arrancándole pequeños gemidos.
-¿Se...seguro que...pararás?-le preguntó ella, aun no muy confiada.
-Sí, seguro que pararé. Te lo juro-le dijo mientras descendía con los besos desde el oído por su mentón y subía a sus labios, estrechándola contra él, aun con sus brazos en torno al cuerpo de ella.
¿Cómo podía pararlo sin más cuando la confundía desde tantos puntos diferentes?. En esos momentos le estaba rogando que le dejara seguir, con un tono de voz que le prometía muchas experiencias nuevas para ella, que invadía su mente con una sucesión de vivencias eróticas que la dejaban temblando contra él, con esa voz suya que pronunciaba su nombre de aquella manera que podría transformarla en un charco en el suelo.
Una de las manos de este ascendió hasta tener su cabeza en la cuna de su mano, moviéndola para colocarla en el angulo en el que sus bocas mejor se acoplaran, permitiéndole también la libre entrada a todo lo que quisiera hacer, explorándola de nuevo con mayor urgencia, devorándola, abriéndola, tomando lo que quería y más.
Antes de que ella pudiera contestar correctamente a aquella invasión, se encontró con que este la estaba tumbando sobre la cama, inmovilizándola con el peso de su cuerpo, haciéndola más consciente de él y lo que estaba haciendo, colocándose entre sus piernas, las cuales la obligó a abrir colocando su rodilla entre ellas, dejando que a penas unas bragas y unos pantalones de pijama se interpusieran entre sus cuerpos.
Si ya no se había encontrado lo suficiente despierta para él, aquello término de despertarla.
Haciendo lo mismo que ella había hecho ante sus caricias, empezó a frotar aquella maciza parte de su cuerpo contra ella, tocando un punto que solo la hacia jadear cada vez que sus caderas descendían y que la amenazaban con perderse de nuevo en el placer si solo continuaba con aquel movimiento durante un rato más.
Se movía lentamente sobre ella, pero duro, marcando su lugar sobre ella, haciéndola mucho más que consciente, ondulándola bajo él, prometiéndole uno de los mejores viajes eróticos que tendría en su vida. Con otros hombres también había parecido así al principio, pero con él tuvo la impresión de que realmente seria de aquel modo.
Solo por la manera que había tenido de besarla le había demostrado que no era como otros hombres que había conocido.
Aunque, claro, si podía pensar un poco, él no era un hombre.
Como pudo, obligó a su cerebro a dejar eso de lado. No quería que esa clase de pensamiento les estropeara el momento.
Siwon, solo intentando estimularla más, le acabó sacando la camiseta de una vez, dejando sus pechos expuesto y por fin visibles a la luz del cuarto, haciendo que ella se sonrojara al ver como este la miraba, alzando los brazos para ocultarlos, pero él le sujetó los brazos para impedírselo.
-Eres muy hermosa, Colette. No me prives del privilegio de poder verte.
¿Quien le había dado a aquel hombre la enciclopedia para saber como tratarla?, pensó ella, relajando los brazos a ambos lados de su cuerpo, dejando que este la observara como quisiera como poco antes ella le había observado a él, notando como un ligero rubor se extendía por todo su cuerpo junto a su excitación.
-¿Me dejarás llegar hasta el final?-le preguntó este, acercando su cara a la de Colette hasta que sus alientos se entremezclaron, con un tono tan bajo que casi le deformaba la voz. El brillo de sus ojos en un hombre normal le indicaría que estaba mucho más que excitado, indicándole que había hecho un buen uso de su autocontrol para apartarse y preguntar algo como aquello.
-Siempre y cuando....te detengas cuando lo desee-le dijo ella, aun no segura con el ultimo paso.
Este asintió, con una sonrisa en los labios, y se inclinó de nuevo hacia ella hasta besarla de nuevo, volviéndola a hacer que se sintiera devorada, ahora con mucha más urgencia mientras notaba como este le bajaba su ropa interior por los muslos y más a bajo.
Intentó concentrarse en lo que este le hacia en su boca para no sentirse avergonzada por aquello y, cuando Siwon volvió a rozar su cuerpo contra el suyo, notó que ya no había más barreras que sus pieles entre ellos, soltando una exclamación de sorpresa cuando el miembro caliente de este descansó sobre su cadera, muy cerca de su destino real.
El cuerpo de ella se onduló al notarlo, descubriendo cuanto su cuerpo lo anhelaba en aquel instante, sintiendo como sus mismas entrañas parecían llamarlo. Como había conseguido tenerla así de deseosa para él era algo que desconocía y que, en aquel momento, le importaba muy poco.
Notó como este oscilaba ante su entrara, como si quisiera que notara lo que tenía entre sus piernas, pero sin cernirse sobre ella, solo logrando que abriera más las piernas para él.
Si lo que necesitaba era una invitación para que entrara, no podía darle una más clara, al tiempo que se agarraba a la espalda de él, casi obligandolo por la fuerza a que dejara que esa parte de su cuerpo que deseaba tanto entrara de una vez en ella, sabiendo lo abierta y llena que se sentiría cuando lo hiciera.
Sin embargo, él seguía describiendo pequeños círculos sobre su cuerpo, torturándolos a ambos.
-¿Tanto me deseas?-le preguntó este, sonando tan deseoso por aquello como ella.
-Sí-consiguió decir Colette a través de sus dientes apretados.
-¿De verdad?.¿Me quieres dentro de ti?-siguió insistiendo, como si la pasión que flotaba en el ambiente no le afectara en absoluto.
-¡Por Dios santo, sí!.¡Te deseo, te deseo, te deseo!.¡Así que acaba con esta tortura de una vez!-le ordenó, arqueándose en la cama, elevando los pechos y acomodando sus caderas para él.
Y, sin poder desobedecer la orden, Siwon se hundió en ella cuan largo era hasta la base de un solo empujón, dejando a Colette paralizada donde estaba, notándolo en su interior, sintiendo las contracciones de su miembro dentro de su canal como si fueran las suyas mismas, con los ojos abiertos y la boca formando una O perfecta, sin omitir sonido alguno, notando como su mismo cuerpo se obligaba a acogerlo después de tanto tiempo sin aquella invasión.
Sabía que seria perfecto, pero no tan perfecto, se dijo notándose deliciosamente abierta hasta el máximo y más, notando el pulso de este contra el suyo. Que buena idea había sido dotarlo de aquel detalle tan humano también, pensó.
Si su interior no había estado preparado para él, en aquel instante terminó de hacerlo, licuándose para él, derritiéndose por él.
Cuan maravillosa podía ser aquella experiencia cuando se hacia con quien debía, pensó mientras se acomodaba mejor bajo él, notándole aun más en su interior al hacerlo, soltando un gemido lastimero que solo sirvió para adecentar a Siwon y hacer que este empezara a moverse dentro de ella. Primero en un suave pero duro vaivén que ella sintió hasta su garganta, saliéndole al encuentro con el mismo deseo que sentía que tenía él al descender sobre su cuerpo, notando como los cuerpos se complementaban sin ningún problema.
Sin embargo, poco a poco, el ritmo de este fue subiendo, haciendo que ella sintiera la necesidad de estar más abierta para él y subió las piernas hasta tenerlas apretadas bajo los brazos de este, sobre sus costillas, quedando tan expuesta y vulnerable para él que Siwon descendió sobre ella y la beso en la frente, como si tuviera que agradecerle aquello que Colette hacia mucho más que encantada, gimiendo como un gatito cuando este se hundía hasta lo más hondo de ella, haciendo que sus paredes internas quisieran acogerlo y llevarlo aun más hondo, todo lo que pudiera para que no saliera jamás de ella.
Sus cuerpos se movieron con más descontrol, más salvajes, necesitando aun más del otro, logrando que ella se agarrara al cabezal de la cama y se anclara allí, jadeando sin intentar ocultarlo, observando la cara de este, que tenía los ojos cerrados e incluso parecía sudar, pareciendo tan humano en aquel momento y tan sumamente perdido en su unión como ella misma que logró que el corazón de Colette vibrara para él, un sentimiento tan fuerte e intenso que solo logró acelerar su nuevo orgasmo, estallando a través de ella por sorpresa, haciendo que su cuerpo hiciera un arco perfecto sobre la cama mientras se cerraba más en torno a él y notaba de manera vaga como algo la llenaba.
De no tener a su cerebro hecho una masa sin forma dentro de su cráneo, juraría que este había culminado dentro de ella, pero, claro, los robot´s de la fabrica de Ha Ni parecían estar totalmente equipados, así que aquello tampoco le extraño.
Aun respirando con dificultad, alzó las manos hasta el rostro de Siwon, acariciado los suaves pómulos de este mientras observaba como intentaba tranquilizarse también y la miraba a los ojos, haciendo que el corazón de ella volviera a dar un salto dentro de su pecho.
Aun lo sentía en su interior, adormecido tras el orgasmo de ella, y supuso que este llevaría algún tipo de sensor que lograba aquello. Cuando ella volviera a excitarse, seguro que se recuperaba, pensó.
Y su interior se agitó al pensar en volver a repetir la experiencia, comprobando que sucedía lo que había pensado.
Este aun la miraba a los ojos y cuando notó su excitación de nuevo, sus ojos volvieron a encenderse de aquella manera que le prometía muchas cosas, más experiencias como la que acababa de tener.
-¿Ya estas preparada?.
-¿Preparada?.¿Para qué?-logró preguntar ella.
-Para la segunda ronda-le indicó este, siendo para él la cosa más normal del mundo, girándose mientras la sujetaba por las caderas hasta tenerla sentada a horcajadas sobre él.-De esta manera, podrás agarrarte al cabezal mejor, te moverás como quieras y podrás verme en todo momento-le explicó, pasándose la lengua por los labios mientras observaba el lugar donde estaban unidos.
Colette se mordió el labio inferior al ver su lengua, pensando cuanto deseaba poder volver a sentirla y, antes de darse cuenta, ya se estaba moviendo sobre él, acogiendo mientras toda ella volvía a fundirse y el miembro de este volvía a crecer en su interior.
Ummm. De aquella forma, tenía una mejor perfección suya, sí. Pero seguía deseando sentir su lengua también, así que, aun meciéndose, descendió hasta poder fundir su boca con la de él, dejando que su lengua buscara la suya, insistiéndole para que batallara con ella, para que la volviera tan salvaje como antes. Y él no esperó a que insistiera demasiado.
Con las manos tan duramente apretadas en sus caderas que sentía los dedos de Siwon adheridas a su piel, este tomó el control dentro de su boca mientras solo podía alzarse para recibir los vaivenes de ella, haciéndola sentir la mujer más poderosa del planeta, como si el mundo entero estuviera en sus manos, pero su misma destrucción junto a este. Era una sensación tan extraña y apabullante, encima con él dentro de su boca, que otro orgasmo llegó de la misma forma que el anterior, apretándolo dentro de ella y haciendo que su gemido quedara dentro de él, exigiéndole que se quedara atado a ella en aquel momento.
Cuando sintió de nuevo algo llenándola, cubriendo sus partes ardientes con algo suyo, sintió que hacia lo correcto, para lo que estaba hecha, esa clase de disfrute que siempre debía de haber exigido a todos y cada uno de sus escasos amantes.
De tratarse de un humano normal, hubiera calculado si llevaba al día sus tomas de la píldora para evitar sustos, pero con él no había riesgo. Simplemente tenía que permanecer allí y disfrutar de aquello, dejando todo en sus manos, como Siwon le había indicado.
Cuando se separó de su boca, a penas capaz de que sus pulmones hicieran el trabajo para el que estaban hechos, observar la cara de este bajo ella, pareciendo tan excitado como ella, solo la invitaba para seguir con aquello durante toda la noche, hasta el alba y todo el tiempo más que pudiera, pero el cansancio ya estaba llamando a su puerta, dejándose caer lentamente sobre el pecho de este mientras lo sacaba de su interior, sintiéndose extrañamente vacía, y se acomodaba en el hueco de su hombro, con una pierna sobre la cadera de él y el talón enterrado detrás de su muslo.
Si él le dijo algo antes de dormirse, no fue consciente de ello y simplemente se dejó arrastrar a aquel dulce cansancio, con la sensación de tener todo el cuerpo satisfecho, correctamente llena y abrigada antes de que Morfeo acabara de llevársela del todo.

…...............

A la mañana siguiente, notando a lo lejos el sonido de la música de su despertador, se removió junto a un cuerpo caliente y estiró un brazo hasta lograr dar con su mesilla y apagarlo, abriendo, no sin trabajo, los ojos para contemplar el rostro dormido de Siwon.
Por un momento, solo lo observó con una sonrisilla en los labios, notando que incluso le parecía aun más bello dormido y siendo consciente que los brazos de este la rodeaban contra él y una pierna de este descansaba sobre la suya, como si más que dormir batallaran para ver quien estaba más anclado a quien.
Sin embargo, se recordó que Siwon no dormía (eso le había dicho él) y lo observó con curiosidad. Después de los esfuerzos de la noche pasada, hasta él necesitaría recargarse y cualquier maquina se apagaba durante un rato para poder volver a funcionar tan fresco como siempre.
Ese pensamiento la relajo, intentando salir de la cárcel encantadora del cuerpo de él mientras intentaba no encenderle.
Si aun no se había activado era que aun necesitaba tiempo. Y no quería ser ella la participe para activarlo sin que estuviera a su máxima de carga.
Con cuidado de no hacer ruido incluso con sus pies descalzos en el suelo, se dirigió al cuarto de baño e incluso miró de mala manera al agua de la ducha cuando esta le pareció hacer un ruido ensordecedor al caer al pie de ducha antes de desaparecer por el desagüe, haciéndola mirar a su espalda para agudizar los oídos y asegurarse que este no se había levantado.
Después de unos segundos de completo silencio, decidió que todo estaba bien y se metió dentro, disfrutando de la frescura sobre su piel caliente y su cuerpo entumecido por la forma tan rara en la que había dormido, eliminando parte del dulce agotamiento que aun la tenía atenazada y que sobre todo notaba en la unión de sus muslos, tan poco acostumbrados a semejante sesión de ejercicio durante tanto tiempo.
Enjabonándose el cuerpo, suspiró como una ninfa ante una cascada virgen, con los ojos cerrados, notando como a su cerebro le parecía gustar retrasmitirle todo lo que había sucedido la noche anterior, haciendo que sus manos se pasearan demasiadas veces por sus pechos y que la esponja ya no pareciera un mero instrumento de higiene entre sus piernas, logrando que pequeños gemidos volvieran a escapar de sus labios.
-¿Quieres que te ayude?-oyó a Siwon decir.
Y, rápidamente, se volvió hacia él, apoyado como estaba en el marco de la puerta, descubriendo que este seguía desnudo, con los ojos abiertos como platos y dejando lo que estaba haciendo.
-¡¡¡I-noma (14), bojima (15)!!!-le gritó, pareciendo que no recordaba que este ya había visto hasta el ultimo recoveco de su cuerpo.-¡¡¡Naga (16), naga,naga!!!.¡¡¡Naga ahora mismo!!!-dijo, cubriéndose el cuerpo con los brazos, pareciendo una quinciañera ante el descubrimiento de que había quedado expuesta de alguna manera.
Siwon, incapaz de desobedecerla, abandonó el baño y la esperó al otro lado de la puerta, donde ella salió poco después envuelta en una toalla y viendo que este había sido lo suficientemente sensato como para volver a ponerse los pantalones del pijama.
-¿Batji (17)?-le preguntó, intentando no parecer tan avergonzada como se sentía, mirando a cualquier otra parte menos a él.
-No he visto nada que no hubiera visto o tocado ya-explicó este en toda su sencillez, haciendo que esta rápidamente volviera a sonrojarse.-Pero, si te incomoda de algún modo que te vea así, intentaré evitarlo todo lo que sea posible-le dijo, ya moviéndose hacia la puerta del cuarto para bajar.
Por eso mismo se sorprendió cuando la mano de ella en su brazo lo detuvo.
-No es que me moleste ni incomode...Es solo que....me has pillado por sorpresa. Te prometo que no tendré una reacción tan infantil.
Al mismo tiempo que el sonrojo la cubría por entero, se vio arrastrada hacia los brazos de este, que la tuvieron rápidamente protegida contra su pecho, perfectamente definido sin ninguna prenda en medio para impedir su percepción.
Y su corazón volvio a saltar de aquella manera, como si estuviera haciendo pino-puente dentro de su pecho mientras notaba unas ganas irrefrenables de abrazarse a él al mismo tiempo y no soltarlo en todo el tiempo que le fuera posible.
Pero, cuando ya ascendía las manos para hacer eso, la voz de este la detuvo.
-¿Se va a pasar toda la mañana en su despacho, Colette?-le preguntó, devolviéndola de un puntapié en el trasero a la realidad.
Apartándose bruscamente de él, asintió.
-Así es. Debo trabajar en el traje de novia de Ha Ni. Aun me quedan algunos detalles que escatimar para que quede perfecto, así que no me molestes hasta que acabe-le dijo, metiéndose de nuevo de cabeza al baño, intentando controlarse a si misma y explicarse el por qué de aquellas reacciones que estaba teniendo con él.
Siwon, siguiendo su pedido, abandonó la habitación y se dirigió al piso de abajo, donde empezó a preparar el desayuno, pensando que su dueña aun necesitaba más tiempo en el baño.
Mirándose en el espejo del cuarto, aun no demasiado empañado por el agua caliente que utilizaba incluso en aquellas fechas para poder lavarse el pelo, observó su cara sonrojada en el espejo, colocando las manos sobre el frío material del grifo, y se preguntó a sí misma que demonios era lo que le estaba pasando.
¿Había tenido una buena sesión de sexo y ya se creía enamorada hasta las trancas?.¿Qué era?.¿Una colegiala inocentona?. Además, si aquello no era de por sí una de las cosas más estúpidas que le habían pasado jamás, la persona por la que su corazón latía como un tambor en el campo de batalla (18) era nada más y nada menos que un robot, un artefacto construido por el hombre. Muy atractivo, masculino y bien hecho, pero maquinaria al fin y al cabo, como bien podían ser su tostadora o la televisión.
Siempre se había caracterizado por tener una buena cabeza colocada sobre los hombros. Pero, tras una noche, solo una noche, todo eso...¿se había echado a perder?.
Consiguió sobrevivir a la soledad, a la sensación de abandono por sus padres, a los prejuicios de la gente y consiguió salir adelante por sus propios medios, trabajando duro para ello. Y, sin embargo, todo eso se había ido por la borda por...¿un robot?.
Era completamente ridículo e inimaginable para ella.
-No seas estúpida y despierta de una buena vez. Esa cosa no es humano, por mucho que lo parezca. Mientras tú te haces vieja, él siempre permanecerá igual de atractivo que ahora, seguirá tratándote del mismo modo que ahora. E incluso puede ser que se estropee cualquier día de esto ante la más mínima tontería, así que abre los ojos de una vez, hazte un nudo en el corazón y continua con tu vida como siempre has hecho-se dijo de manera acusadora, casi gritándole a su reflejo, apareciendo todo lo enfadada que se podía obligar a estar.
Sus ojos brillaban, pero no sabía si era por el enfado o por las lágrimas que le picaban en los bordes de los ojos, sin saber de donde demonios habían salido.
Decidiendo ignorar a estas ultimas, apartó la vista del espejo e hizo correr el agua del grifo, lavándose la cara con fuerza.
Se secó con la toalla que llevaba puesta y salió a su cuarto, ahora vacío, para poder ponerse algo de ropa cómoda encima antes de bajar y encargarse de su trabajo, recordándose que tenía una boda que se le echaba encima y que aun tenía cosas que terminar antes de que llegara esa fecha.
Con unos pantalones cortos negros y una camiseta verde de tirantes que casi le dejaba el ombligo al aire, asegurándose que el sujetador no revelaba nada bajo esta, bajó las escaleras rápida, pero decididamente a hacer lo que se había dicho en el baño. Hasta que, al girar tras descender las escaleras, se encontró a Siwon en la cocina, preparando el desayuno, que se volvio hacia ella al sentirla llegar, dedicándole una enorme y preciosa sonrisa que la dejó totalmente desarmada en el lugar.
-Me he tomado la libertad de preparar el desayuno. Espero que todo este a tu gusto, Colette-le dijo este, de la forma más inocente posible.
Y su forma de pronunciar su nombre, con aquella sonrisa en los labios, consiguió deshacer fácilmente cualquier nudo que ella hubiera estado consiguiendo formar en su corazón, haciendo que este volviera a saltar mientras se acercaba a él y sabía que, por mucho que se dijese o intentara, iba a seguir atada a aquel tipo, por muy robot que fuera.
-Cualquier cosa que hayas hecho seguro que estará bien-le dijo, sentándose en uno de los taburetes de la cocina.
Ganándose de nueva una de las sonrisas que conseguían transformarla en chocolate fundido.
























(13): Maleba: Dímelo
(14): I-noma: Cabrón-Gilipollas
(15): Bojima: No mires
(16): Naga: Vete
(17): Batji: ¿Viste?
(18): Un tambor en el campo de batalla: Antiguamente, los primeros tambores que se utilizaron en las acciones bélicas se empleaban para causar mayor sensación de estrépito, lo que, en principio, diezmaba los ánimos de el ejercito enemigo y le hacia creer que sus adversarios eran mayores en número a través del sonido.








CAPITULO 4


Los días sucesivos de Colette fueron una vorágine continua de levantarse, trabajar y recibir todas las atenciones por parte de Siwon que pudiera conseguir, ignorando el hecho de que el hombre del que se había enamorado en a penas unos días era un robot, un regalo de una amiga porque se marchaba de su casa.
Sin embargo, sabiendo que tampoco podía estar sin él a su lado, sin sus sonrisas y atenciones, decidió que lo mejor seria acallar a la voz sensata de su cabeza y continuar con su vida como mejor pudiera, incluso dejando que este entrara en su despacho a intentar ayudarla a acabar con el vestido, descubriendo por fin algo que Siwon no parecía capaz de hacer.
Al parecer, este no estaba diseñado para coser. En el primer instante que le dio una aguja, este no pareció saber que hacer con ella.
-En verdad esto no esta entre mis conocimientos-se disculpo él, viendo una sonrisilla en los labios de Colette.
-No te preocupes. Si puedes aprender, cuando tenga algo más de tiempo, te enseñaré. De todas formas, tenemos toda una vida para que te enseñe-le dijo ella, arrodillándose para seguir cosiendo el bajo del vestido, ignorando la reacción que ocasionaron esas palabras sobre él.
-Toda una vida-murmuró, mirando hacia otro lado.
-Sí. Y no pasará nada si te estropeas, porque en la fabrica de Ha Ni te volverían a reparar, así que no nos separaremos-le dijo, girándose hacia él y sonriendo.
Siwon fue lo suficientemente rápido para responder a la sonrisa, pero, aun así, parecía seguir reflexionando sobre eso mientras la observaba trabajar, sin tener nada que limpiar o lavar porque ya había dejado la casa absolutamente impecable.
-¿De verdad tienes tantas ganas de que me quede contigo, Colette?-le preguntó este después de un rato, sonando no demasiado animado.
-Por supuesto que sí.¿Cómo puedes pensar otra cosa cuando ya llevamos tanto tiempo juntos?. Ya deberías saber que yo no le abro mi casa a cualquiera.
-Cierto. Pero....estoy seguro de que preferirías que no estuviera aquí. Así podrías buscar un novio humano con el cual vivir.
Ante aquellas palabras, Colette se puso en pie y lo miró, muy seria.
-Ya te conté sobre mi desconfianza hacia la gente. Y no podría encontrar mejor compañía que la tuya, así que deja de decir eso-le ordenó.
Durante aquellos días, siempre tras acabar en la cama, Siwon le había ido preguntando cosas sobre su vida, alegando que quería saber aun más sobre su dueña, y esta le había contado todo lo que quería saber y más, encontrándose cómoda y protegida entre sus brazos mientras hablaba, contando cosas que ni sabía que le habían afectado en algún momento de su vida.
Este, viéndola ahora tan seria, mirándolo con sus dorados ojos llameando algo molestos por menospreciarse así, solo asintió y sonrió.
-Es cierto. No sé por qué he dicho eso. Debo tener algún circuito en mal estado-argumento.
Y en el silencio que se creo entre ellos, el estómago de Colette le dio por llamar la atención, lanzando un rugido que hizo eco en la habitación. De haber estado frente a una persona, aquello le hubiera dado vergüenza, pero estaba con Siwon y no tenía nada de lo que avergonzarse delante de él.
-Tengo hambre-le dijo ella, volviendo a sonreír mientras se acariciaba el estómago.-Vayamos a por algo de comer antes de que el malhumor llegue.
Otra de las cosas que le había contado a este era que, cuando no comía, podía llegar a convertirse en una asquerosa arpía sin ni siquiera darse cuenta.
Así que, asintiendo de nuevo hacia ella, salieron juntos del despacho hacia la cocina, donde ambos empezaron a mirar por los armarios para ver que podían hacer.
Oyéndola resoplar con trabajo, levantó la cabeza del congelador y la vio inclinada sobre la encimera, intentando coger unos sobres de ramen de un armario de arriba.
Observándola allí arqueada, dejando ver una buena imagen de su cuerpo contra la encimera, Siwon no pudo evitar ponerse en pie, dejando el congelador abierto, y la envolvió en sus brazos por la espalda, notando como esta rápidamente se relajaba entre sus brazos.
-Babo (ya lo he puesto antes), no es tiempo para eso. Ya te dije como me pongo cuando no como-le dijo, dándole un golpecito en el brazo que la envolvía, pero sin hacer intención alguna de soltarse.
-Pero yo sé de otras cosas que te ponen de buen humor.
Y, sin decir nada más, la giró en sus brazos hasta que la tuvo mirando hacia él, la cogió por la cintura y la sentó sobre la encimera sin demasiada dificultad, disfrutando de la sonrisa traviesa que apareció en los labios de ella mientras él se acomodaba entre sus piernas, dejándose envolver por ellas, quedando encerrado en la cárcel de su cuerpo mientras los brazos de Colette se colocaban en su cuello y la veía echarse el cabello hacia atrás con un rápido movimiento de cabeza.
-¿Y qué es lo que has pensado hacerme?-le preguntó, aun luciendo esa sonrisa.
-Esto-contestó este sin más mientras la besaba posesivamente, una forma dura y ruda que tenía últimamente de besarla y que a Colette parecía encantarle, siempre gimiendo bajo él.
Ante el beso, la notó más relajada contra él y, cuando sus lenguas se encontraron en la boca de ella, esta gimió de nuevo, aun más alto, acercándolo más a ella con las piernas, haciéndole consciente de cuanto lo necesitaba.
Antes de que ella pudiera reaccionar al beso, Siwon consiguió entrar debajo de la pequeña falda de ella e hizo a un lado su ropa interior, notando el aire cálido y húmedo que ya lo esperaba y que solo se acrecentó cuando empezó a explorarla con los dedos, observando como ella se encogía sobre sí misma al sentirlo, apretándolo aun más contra su cuerpo, retorciendo hasta los dedos de los pies.
Observó sus reacciones para que aquellas imágenes jamás desaparecieran de su mente y no pudo evitar suspirar él también cuando las caderas de ella empezaron a mecerse contra sus dedos, abriendo la boca en busca de aire, dejando una buena imagen de ella disfrutando del placer, encendida, sonrojada y desinhibida, solo tomando lo que le estaba dando por que quería cogerlo.
Cuanto deseaba que siempre se mostrara así con él, así de complaciente, así de preparada, así de salvaje y, en definitiva, simplemente mujer, una mujer abierta a su sensualidad, decidida a exprimir todo el placer que pudiera tener.
Al acercarse a su borde, miro a Siwon, siempre necesitando verle a los ojos cuando se corría, pasándose la lengua por los labios mientras su piel se sonrojaba y sus ojos dorados comenzaban a titilar como las estrellas, logrando que él se pusiera duro dentro de las bermudas que llevaba, preparado para terminar con aquello.
Gritando su nombre, se arqueó sobre él, arañando sus hombros a través de su camiseta azul zafiro, atrapándolo en su interior y recibiendo besos de este en su cuello y mentón mientras la observaba perdida en aquel delicioso suplicio.
Antes de que Colette se hubiera recuperado del todo de su orgasmo, se abrió la cremallera, liberando a su miembro de entre la ropa que lo había tenido aprisionado, rozándose sobre ella, notando las contracciones que aun la sacudían, como su zona almizclada parecía deseosa de tenerlo en aquel lugar.
Quería decirle algo muy importante, pero, viéndola de aquella manera, siempre podía esperar un poco más.
Acercándola  a la orilla de la superficie sobre la que la tenía sentada cogiéndola por las caderas, colocó la punta de su miembro en el lugar adecuado y se hundió en ella, casi rugiendo contra ella de aquella manera que Colette parecía adorar, aferrándolo duramente en su interior, jadeando contra su oído en busca de aire mientras se abrazaba más a su cuerpo, como si no fuera capaz de creerse que tanto placer podía salir de un mismo sitio.
Como si lo hubieran tenido ensañado de antemano, ambos aceleraron el ritmo a la vez, saliendo al encuentro del otro con igual necesidad, necesitando el calor del otro como si fuera la clase de chispa que los mantenía con vida, anhelándose de una manera que casi lograba hacer que el pecho llorara al tiempo que los gemidos de Colette aumentaban de volumen, así como sus movimientos de caderas o la tormenta que se estaba formando sobre ellos, amenazándolos con destrozarlos en cualquier momento.
Con una ultima embestida profunda, Colette volvio a romperse en mil pedazos, notando como toda ella se fundía y no sentía nada más que ambrosía a su alrededor, al tiempo que Siwon seguía bombeando dentro de ella de aquella manera, no tardando en culminar y manteniendola en aquel estado, oyendo de manera lejana la voz de este pronunciando su nombre, sonando tan humano como ella misma se había encontrando deseando que fuera durante mucho tiempo.
Lo quería, lo quería tanto como jamás podría querer a nadie de nuevo, tan profundo que sentía que su corazón no era bastante para ese sentimiento, que su alma tenía que pedir disculpas por no ser digna de su amor por él, pensaba mientras aun permanecía anclada de aquel modo al cuerpo de este, con la cabeza enterrada en su cuello, notando como su cabello le hacia cosquillas en la frente.
Por muy robot que fuera, no se sentía con las fuerzas necesarias para confesarle sus sentimientos, así que solo los expresaba de aquella manera, atándose  a él, expresando con su cuerpo lo que sus labios no podían decir, reaccionando a cualquier pequeño estimulo que este le proporcionara, solo calentándose porque sabía que era él quien la tocaba.
Aun estaba abrazándolo de aquel modo, cuando notó que él quería decirle algo.
Le pasaba la mano por la espalda muy lentamente, como si quisiera que esta estuviera relajada para algo.
-Tengo algo importante que decirte-le acabó soltando, en apenas un susurro que no habría oído de no ser porque este se encontraba junto a su oído.
-¿De qué se trata?-le preguntó ella, notando como su voz se había alterado ante las palabras de él, dichas en un tono tan serio.
En aquellos momentos, lo que más temía era que este notara que se estaba averiando de algún modo y que la había avisado en aquellos momentos para poder ir a la fabrica para intentar encontrar lo que era y arreglarlo.
No podía imaginarse una vida sin él, pensó, abrazándole con aun más fuerza. No QUERÍA vivir en una vida sin él a su lado. No quería.
-Es algo sobre mi llegada a tu casa.
Aquello le extraño.
Eso significaba que la idea de avería quedaba relegada.
-¿De qué se trata?. Maleba ya-le dijo, soltándolo lo suficiente como para mirarlo a la cara. (Maleba también ha aparecido ya)
Pero, cuando este abrió la boca, sin mirarla a la cara, el teléfono sonó y a ella no le quedó de otra que soltarlo mientras Siwon le recomponía rápidamente la ropa y la bajaba de la encimera, observándola correr hacia el teléfono que había al lado del sofá.
-¿Yobuseyo?(19)-preguntó al coger el teléfono.
Pero, si había tenido algún rasgo de humor al coger el teléfono, desapareció al oír quien le hablaba desde la otra linea, captando la atención de Siwon, que se acercó al salón hasta quedar parado al lado de ella.
-Oh. Hola, mamá. Hacia como unos 5 meses que no sabía nada de vosotros. Podríais haber muerto, que ni me habría enterado-le dijo con la voz dura.
Si la mujer al otro lado de la linea lo notó, no le importó en lo más mínimo.
-Sí, sabía que estabais allí, pero ¿eso es excusa para no comunicaros?-. Sin embargo, no le dio tiempo a que esta hablara.-¿Sabes qué?. A estas alturas, me da igual. Dime de una vez para que has llamado. Porque, si lo has hecho, es por que querías decirme algo.
Escucho lo que la mujer le dijo mientras su expresión se endurecía aun más, preocupando a este.
-¿Solo me llamas para eso?.¿Para insistir en que busque un yerno para ti para que os dé un nieto que herede la compañía?.¿Cómo puedes ser tan....?-dijo, reparando entonces en la presencia de Siwon a su lado.-Pues, para que lo sepas, ya tengo un namjachingu (20) y es mil veces mejor que cualquier tipo que papá quisiera presentarme-le dijo a su madre, cogiendo la mano de Siwon como si necesitara que este le insuflara fuerzas.
La mujer pareció muy interesada en ese dato.
-No, no es ningún chaebol ni ningún comerciante extranjero. Cuando os dignéis a volver al país, os lo presentaré.
Y, tras esas palabras, colgó el teléfono, aun sujetando la mano de Siwon entre la suya.
-¿Estás bien?-le preguntó él, aun notándola alterada mientras no apartaba unos ojos furiosos del teléfono, como si el pobre artefacto tuviera la culpa de quien le hiciera sonar.
-Sí,sí. Estoy bien. Es solo que...hacia mucho que no hablaba con ellos y ni siquiera se han molestado en preguntarme si estoy bien. Dan por sentado que, con el dinero que me envían, no puedo tener ningún problema.¿Por qué no adoptan a un niño o tienen otro hijo si tanto les interesa que un chico tome el control de sus empresas?. Total, al fin y al cabo a ellas les dedican más tiempo que ha su propia familia.¿Sabes el tiempo que hace que mis abuelos no saben nada de ellos?. Es una vergüenza que traten de ese modo a sus padres. Y si preferían un niño, siempre pudieron hacerme un cambio de sexo cuando era niña. Los veo capaces de eso-soltó.
Siwon permaneció en silencio a su lado, dejando que se desahogara.
La amargura de Colette hacia unos padres tan poco afectivos no parecía una herida que fuera a cicatrizar pronto, así que solo la dejó seguir hablando, desahogándose mientras mantenía su mano firmemente agarrada, indicándole en silencio que estaba allí para ella, que dijera las burradas que dijera, él iba a seguir estando allí.
Cuando esta por fin pareció serenarse un poco, tomó aire con calma y se volvió hacia él, aun sin que ninguno de los dos soltara las manos del otro.
-Pero, tú querías decirme algo antes.¿Qué era?.
Sin embargo, Siwon negó con la cabeza y se llevó la mano de esta a los labios, besándola.
-No era nada. No tienes por qué preocuparte. Comamos algo y volvamos a tu despacho,¿si?. Hoy querías dejarlo tan terminado como fuera posible antes de que Ha Ni venga para verlo y probárselo,¿no?-le dijo.
-Es cierto-le contestó ella con una sonrisa.-Tengo que darme prisa si quiero acabar ya su regalo de bodas. Venga, vamos a comer-dijo, llevándolo de vuelta a la cocina mientras este se sentía como el peor ser del planeta, incapaz de confesar su verdad.

…..........

Días después, cuando el vestido estuvo perfecto a ojos de Colette, llamó a su amiga para darle por fin su regalo, pareciendo ella la novia ante los nervios de si le gustaría lo que le había hecho.
Conocía de sobra los gustos de Ha Ni, por algo habían vivido juntas durante tanto tiempo, pero...¿y si el vestido no era aquello que había buscado?.¿Y si quería parecer más tradicional para lucirse delante de sus suegros?.¿O si no había fusionado tan bien como ella creía los gustos de ella y se había pasado con los detalles?.¿Y si eran demasiado pocos?.
Todas las dudas se resolverían cuando lo viera, pensó, oyendo el timbre de la puerta.
A penas acababa de conseguir salir de la ducha, siendo imposible lo de ``una ducha rápida´´ cuando era Siwon quien la enjabonaba.
Se había pasado durante tanto tiempo en sus pechos y en su sexo que aun notaba esas zonas sobre-estimuladas y sus pezones se notaban a través incluso de su sujetador.
Había entrado sola, pero este no había tardado en seguirla, pegándola con su cuerpo a la pared de la ducha, tomándola por detrás con agilidad antes de comenzar la tarea de lo que él había dicho que era ``lavarla´´.
Aun con una sonrisa de idiota enamorada ante una travesura en la cara, bajó los escalones casi volando y abrió la puerta, saludando a su amiga con un abrazo y se percató que no había venido sola, si no que su futuro marido, Kyuhyun, esta a su espalda, el cual la saludo con una mano y ella respondió con una inclinación de cabeza.
Se llevaba bien con él, pero no habían hablado mucho. Las pocas veces que se habían visto en el piso de esta, habían tenido una competición de videojuegos mientras Ha Ni se cambiaba y ambos aun llevaban las cuentas de cuantas veces habían perdido y ganado cada uno, sin perdonarse ninguna de las veces que habían perdido ante el otro.
-¿Donde esta esa sorpresa que me tenías preparada?-le preguntó Ha Ni entrando como un huracán en el piso, girando alrededor como si pudiera encontrarlo oculto en cualquier rincón.
-No esta aquí, si no en mi despacho. Pero el novio no puede verlo aun, así que espera aquí,¿de acuerdo?-le dijo a este.-Puedes usar los videojuegos mientras-le indicó.
-Me parece bien-indicó este mientras ya se dirigía al sofá con una sonrisa en los labios.
Dirigiéndose una mirada cómplice entre ellas, en plan ``ya sabes como tratarlo´´, se dirigieron a la habitación privada de ella mientras este rápidamente encontraba algo con lo que entretenerse.
El grito de emoción de Ha Ni le hizo dar un bote en el sofá y se volvió hacia atrás, observando la puerta cerrada, preguntándose que podría haber allí que pusiera a su futura esposa en aquel estado descontrolado.
Y en ese momento reparó en el hombre que había bajado las escaleras y también miraba con sorpresa la puerta.
-¡Tú eres...!-exclamó Kyuhyun, poniéndose en pie, señalándolo.
Siwon se volvió, endureciendo la expresión del rostro.
Y, justo en ese preciso momento, Colette apareció por la puerta, sonriendo mientras cerraba a su espalda y se dirigía a la cocina.
-Creo que tu futura esposa se ha emocionado de más. Esta llorando como una niña-le indicó a Kyuhyun.
Pero, entonces reparó en el extraño ambiente que corría entre los dos hombres de la estancia.
-¿Nuguseyo?(21)-le preguntó Siwon a este, aun con una dura expresión en el rostro, mirando al otro hombre como si se hubiera encontrado con su enemigo mortal.
-No nos conocemos personalmente, pero he oído hablar mucho de tí y has aparecido en algunas revistas de economía. Nunca me hubiera esperado verle en casa de Colette.¿Qué hace aquí?.
Ella, desconcertada con aquello, solo los miraba a los dos como un extraño partido de tenis.
-¿Alguien me explica lo que esta pasando aquí?-preguntó a nadie en particular.
-Colette-dijo Siwon, pronunciando su nombre como en una advertencia, cogiéndola del brazo con la intención de sacarla de allí cuanto antes.
-Colette,¿por qué no me dijiste antes que estabas saliendo con Choi Siwon?. Es uno de los empresarios más conocidos de nuestra generación. Su cadena de supermercados es una de las más grandes y famosas del país.
En ese momento, ella sintió como le desaparecía todo el color de la cara y se giraba a mirar a quien había considerado su novio robot hasta aquellos momentos, el cual ya la había soltado, no habiendo podido evitar que ella oyera las palabras de aquel hombre.
Ha Ni debió notar el mal ambiente, por que salio del despacho y vio asombrada la escena, corriendo a colocarse junto a su prometido, diciéndole algo rápidamente al oído y alterando a este.
-¿Qué demonios significa eso que Kyuhyun acaba de decir, Siwon?-le preguntó Colette a este, ignorando todo y a todos los demás que estuvieran a su alrededor.
-Será mejor que nosotros nos marchemos ya-le dijo su amiga, sabiendo igualmente que esta no la había oído.-Os dejaremos tranquilos para que habléis-. Y, dando tirones al brazo de su prometido, que decía que aun había dejado el juego encendido, ambos abandonaron el apartamento.
-¡¡¡Contestame de una maldita vez, Siwon!!!-gritó esta, comenzando a perder la paciencia.
-Lo que ha dicho ese hombre es verdad. Soy.... Choi Siwon y soy el presidente de una de las cadenas de supermercados más grandes de Corea, entre otras muchas cosas-le dijo este, bajando el tono de voz mientras miraba para otro lado, con la expresión endurecida, sin atreverse a mirarla a la cara.
-Kojinmal (22)-murmuró Colette, sin poder creérselo aun, a pesar de estar oyéndolo de sus propios labios, dando un paso atrás.-Dime que todo esto es una broma.
Pero la mirada seria que este le dirigió le indicaba que no podía, siendo tan humano, desde hacia tanto, que ella no pudo evitar llamarse estúpida por no haberse dado cuenta antes.
-Así que...todo este tiempo aquí, fingiendo que eras un robot, que me obedecías...ha sido todo mentira-volvio a murmurar ella, retrocediendo y alejándose aun más de él.
-Colette-la llamó él, intentando cogerla del brazo.
-¡NO ME TOQUES!-estalló ella a su vez, apartando el brazo y encogiéndose sobre sí misma para impedirle que la tocara.- ¡Eres un i-noma (23), i-sekia (24), sagaji (25)!.¡No quiero volver a verte en lo que me queda de vida!.
-Tienes que dejar que me explique-le dijo este, sin dejar de intentar acercarse a ella.
Pero Colette solo retrocedía, atravesándole con la mirada, haciendo sus ojos tan brillantes como si se hubieran transformado en dos llamas.
-¡No tengo por qué escucharte y no voy a hacerlo!.¡Te quiero fuera de esta casa ahora mismo!.¡Largate de una buena vez para no volver!.¡¡¡Vuelve de una puñetera vez a donde deberías estar, bien lejos de mi!!!-le siguió gritando Colette, señalandole la puerta sin mirarle, notando como las lagrimas se pugnaban por salir.-¡Te has reído en mi cara por ultima vez!.¡¡¡KA (26)!!!.
-De verdad que me gustaría explicarme-le dijo él, ahora intentando no acercarse.
-¡Andue (27)!¡Ib tachio (28)!.¡Chonma jiajing nayo (29)!.¡Te quiero fuera de mi casa YA!.
-¿Chonmal (30)?.
-¡Si!. ¡No quiero volver a ver tu cara en lo que me queda de vida!. Desaparece de mi vista.
Siwon hizo la intención de decirle algo más, pero, al ver las primeras lágrimas que caían por las mejillas de Colette, todas las palabras que iba a decir se le marchitaron en la garganta, formando una pelota que le era imposible tragar.
Con la suficiente sensatez, decidió obedecerla aquella ultima vez, se dirigió a la entrada, cogió sus zapatos del mueble de la entrada y, echando una ultima mirada atrás, abandonó el apartamento, dejándola atrás, al tiempo que las piernas de Colette decidieron que no podían sostenerla más y cayó al suelo, tapándose la cara con las manos mientras dejaba las lágrimas correr libremente, desgarrándose el pecho con cada nuevo sollozo que la sometía, sintiendo como si su misma alma se estuviera rompiendo en un millón de trozos.




































(19): Yobuseyo: Si?¿Hola?. Se utiliza para contestar el teléfono.
(20): Namjachingu: Novio dicho de una manera formal. Namchin es su término acortado.
(21): Nuguseyo: ¿Quien eres?
(22): Kojinmal: Mentira
(23): I-noma: Cabrón, gilipollas
(24): I-sekia: Cabrón, hijo de puta
(25): Sagaji: imbécil, maleducado
(26): Ka: Largo, fuera. Muy parecido al ``naga´´
(27): Andue: No puedes
(28): Ib tachio: Cierra el pico, cierra la boca
(29): Chonma jiajing nayo: Eres una molestia. Se puede decir de una cosa o una persona.
(30): Chonmal: ¿De verdad?






CAPITULO 5


Desde ese día, Colette no salió de su casa, concentrándose únicamente en terminar el vestido de novia de su amiga, ahora que tenía sus medidas, intentando centrar sus ideas en el trabajo y no en otra cosa, a pesar de que, muchas noches (más de las que le gustarían), se encontraba subiendo a la habitación de invitados, abriendo el armario, y observando la ropa que le había comprado al que creía que era un simple robot que, sin embargo, se había robado su corazón y lo había pisoteado miserablemente pocos días después.
Si fuera fuerte, si tuviera su mente en calma, si pudiera a penas pensar como era debido, habría sacado toda aquella ropa del armario y la hubiera quemado para no dejar el menor rastro de Siwon en su casa. Pero, sin embargo, iba allí casi cada noche, abría el armario y lloraba contemplando la mayoría de la ropa que a este no le había dado tiempo a utilizar.
Además, aunque se hubiera desecho de aquella ropa, notaba la ausencia de este en cada rincón del apartamento. La cama era un claro ejemplo, por supuesto, y también la ducha, pero en la cocina se habían divertido juntos cocinando, en el salón habían estado tumbados y abrazados  viendo una peli, en su cuarto de trabajo la había estado observando, tratando de ayudarla, y en la entrada aun quedaban un par de zapatos de él que también se había visto incapacitada para tirar, como si al hacerlo, tirara un trozo de su corazón.
En el fondo, debería haber sabido lo que pasaría por haberle comprado unos zapatos.(31)
Aquello había sido peor que si le comprara un cuchillo o un pañuelo (32), pero en verdad no se esperó que las cosas se pusieran de negras hasta ese punto.
Lo mejor para ella, y para su tranquilidad mental, seria que vendiera aquel piso y buscara otro lugar para vivir.
En realidad, Colette no necesitaba un lugar tan grande. Con que tuviera una habitación y otra que pudiera utilizar de despacho le sobraba. Su única amiga se casaba y solo iría a su casa de visita y, si se quedaba a dormir, podía sacar un futón y dormir las dos juntas en el salón como en una fiesta de pijamas. Además, solo se había comprado aquella casa porque era de las más caras que consiguió encontrar, gastándose buena parte del dinero de sus padres.
Incluso con las donaciones continuas a varias asociaciones benéficas, no parecía acabarse tan pronto como quisiera.
Si. Sin duda aquel seria el mejor modo. Poner la casa en venta y dejar atrás todos los fantasmas que la perturbaban y no la dejaban seguir con su vida.
Aunque, muy en el fondo de ella, le dolía abandonar aquella casa por esos mismos fantasmas y por que también la había encontrado a su gusto cuando la había visto.
Oyó que llamaban a su puerta, así que salió de su despacho para abrir, pensando que se trataría de el encargado del supermercado, ya que estaba pidiendo la compra a casa, sin ganas alguna de salir para nada al exterior, sintiendo que todo el mundo se reía de ella cuando lo hacia.
Sin embargo, para su sorpresa, no se trataba de este, sino de su amiga Ha Ni, que observó el estado abandonado en el que se encontraba ella y su casa con aire triste, indicándole si es que podía pasar en esos momentos.
Colette solo se hizo a un lado para dejarla pasar, observando como esta se percataba de los zapatos de hombre que aun tenía en su entrada.
-No has cogido el teléfono en estos días-le dijo Ha Ni, como de pasada, intentando no darle ningún tono particular a su voz, tanteando el terreno que pisaba.
-He estado ocupado con tu vestido de boda. Estaba concentrada en terminarlo cuanto antes para que pudieras tenerlo disponible antes de la fecha para las fotos.
-¿Tan ocupada te ha tenido unos detalles en el bajo del vestido para ni siquiera cogerme el móvil?-le preguntó esta,  girándose hacia ella, alzando una ceja.
-Pues si. Además, tras tu vestido, tengo que volver al trabajo.
-Aun te quedan días del mes que te pediste de vacaciones del trabajo.
-Pero una boda requiere mucho trabajo.
-Ya esta todo arreglado, Colette-le dijo esta, quitandole todas las excusas.
Ella lo sabía, que las excusas eran pobres y de poco servirían, que no engañarían a su amiga, pero no pudo evitar darlas, intentando que no se diera cuenta de su dolor, que no se diera cuenta de lo patética que era, de su ingenuidad ante el hecho de que había creído completamente que un hombre era un robot, a pesar de que este no había mostrado nada que lo identificara como tal excepto por seguir unas pocas ordenes.
Incluso había llegado a pensar que un robot podía culminar dentro de ella.¿Cuan estúpida podía llegar a ser con tal de no ver la realidad?.
-¿No has hablado con él aun?-le dijo Ha Ni, sacándola de sus reflexiones.
-No tengo nada que hablar con él-le contestó en el acto Colette mientras se dirigía a su sofá, que la imagen de este también había mancillado, con el semblante impasible.
-Pues yo sí creo que deberíais de hablar. Tenéis muchas cosas que deciros.
-¿Muchas cosas?.¿Cómo cuales?-le preguntó esta, sentándose como si no pasara nada.
-De lo mucho que lo quieres, por ejemplo-le dijo esta, haciendo que Colette la mirara con cara de pánico.
Se había jurado que consiguió ocultar sus sentimientos correctamente.
-Él no quiso engañarte de esa manera. Planeaba contártelo todo. Pero no se había esperado encontrarse con alguien que lo conociera.
-La cuestión es que me ha engañado.
-Esto a sucedido porque no quisiste conocerlo en persona-le dijo Ha Ni, sentándose a su lado con la cabeza gacha.
-¿Qué estas diciendo?.
-Bueno...recuerda al fin y al cabo quien lo trajo a esta casa.
Colette dejó aun más inexpresiva sus facciones y observó a su amiga con los puños cerrados sobre su regazo.
-Habla-fue todo lo que le dijo.
Y Ha Ni, asintió, comenzando a hablar.
-¿Recuerdas que hace tiempo te dije que había conocido a un hun-man (33) que quería presentarte?-. Colette asintió, recordándolo.-Pues...aceptaste ir a conocerlo conmigo y quedamos en un restaurante en la ciudad, pero, cuando ya estábamos allí, dijiste que aquello era una malísima idea y que no querías ir a ninguna cita a ciegas. Pues...bien..... . El hombre con el que te ibas a encontrar era Choi Siwon. Él ya te conocía de antes por los comentarios de los entendidos en moda y le resultaste interesante. Además, cuando terminé de hablar con él, se mostró aun más interesado, a pesar de que le dije que seria complicado arreglar una cita teniendo el carácter que tienes.
Tú te fuiste sin ni siquiera tomarte la molestia de echarle un vistazo, pero él si te vio a ti. Y de verdad que, por la mirada de sus ojos, te juro amiga que pensé que era amor a primera vista lo que vi en aquellos ojos.
Colette permaneció en silencio, aun sin poder creerse nada de aquello.
¿Si se hubiera quedado un poco más se hubieran podido conocer como dos personas normales?.
Sabía que las citas a ciegas no eran para ella y encontrarse con un completo extraño, aunque su amiga estuviera allí con ella, no le había agradado en absoluto. Sin contar que no había ido demasiado bien las cosas con los últimos hombres con los que había salido.
-Como tú te fuiste de ese modo....-siguió contando Ha Ni-. Decidimos que la táctica a seguir contigo tenía que ser diferente. Teníais que encontraros de una manera en la que tú estuvieras lo suficientemente cómoda como para que pudieras soltarte con él y, estúpidamente, a mi se me ocurrió hacerle pasar por un robot que te regalaba. Con la empresa de mi padre, pensé que no dudarías en que te regalaría un robot. Aunque nunca pense que te creerías que su tecnología había avanzado tanto. Quedamos en que hablaría contigo sobre quien era en realidad cuando los dos os tuvierais más confianza, explicándote los motivos, por eso me sorprendí cuando traje a Kyuhyun y vi que él aun no te había dicho nada. Con lo feliz que estabas, pensaba que ya os habríais hasta comprometido. Lamento haber creado este lío, pero te juro que nunca tuvimos la intención de que salieras herida.
Aun con todo, Colette seguía sin salir de su asombro, pensando en que tan diferentes hubieran sido las cosas si hubiera conocido a Siwon aquel día en el restaurante.
No podía enfadarse con su amiga, sabía que Ha Ni era un trozo de pan que había mirado por su bien y ansiaba encontrarle un chico adecuado, pero en verdad parecía increíble que hubieran montado todo aquello solo para que conociera a un hombre.
-Sé que no merezco ningún perdón por tu parte-siguió hablando ella.-Pero te juro desde lo más profundo de mi alma que no quería que las cosas acabaran de esta manera. Y estoy segura que Siwon tampoco. Así que, mientras que no puedas perdonarme....-le dijo, poniéndose en pie.
-Chankanman (34)-le dijo Colette, cogiéndola por el brazo, deteniéndola.-Sé de sobra que tus intenciones nunca serian malas, así que siéntate. Pero...aunque las cosas fueran así, aunque sucedieran como me las has contado, la verdad es que Siwon no ha vuelto y no a tratado de ponerse en contacto conmigo.
-Pero....seguro que eso es....es por que se sentirá terriblemente culpable. Por no decirte la verdad a tiempo, te hizo sufrir de ese modo. Seguro que si le llamas....
-¡No!. No pienso buscarle, Ha Ni. Él fue el que cometió un error, fue él el que se equivocó y será él el que vuelva si quiere arreglar el desastre que hizo, pero yo continuaré con mi vida. No puedo dejar que esto me paralicé para siempre.
-Pero...tú le am....-intentó decirle ella, pero la mirada de Colette la acalló mientras esta se ponía en pie.
-Ahora de verdad que aun tengo cosas que hacer. Te veré dentro de poco,¿vale?. Cuando lleve el vestido de novia a casa de tus padres para dejarlo allí para la boda. Estoy segura que tus hermanas y a tu madre les hará mucha ilusión verlo-le dijo, intentando dirigirle una sonrisa lo más alegre que era capaz.
Aunque, por la cara de Ha Ni, no pareció ser demasiado.
-Esta bien-dijo esta, poniéndose en pie.-Pero quiero que pienses en todo lo que te he dicho y que no tomes decisiones precipitadas solo porque estas enfadada.
-Puedes quedarte tranquila. Mis decisiones serán las adecuadas-le contestó, despidiéndola en la puerta.

….................................

Días después de aquel encuentro, y tras llevar el vestido como prometió a la casa de los padres de la novia, Colette se encontraba sentada en su sofá, encogida sobre si misma, descansando la cabeza sobre las rodillas, abrazada a sus piernas, solo vistiendo un ligero vestido de tirantes verde claro mientras veía en la televisión ``A Moment to Remember´´(35), intentando perderse en la vida y tristeza de otras personas durante un rato, cuando alguien llamó a su timbre.
Sin saber quien podría ser, paró la película y fue a abrir la puerta, quedándose blanca y sin aire en los pulmones cuando vio quien había regresado a su piso.
Siwon Choi estaba frente a ella, luciendo un traje negro con camisa de igual color, ahora pareciendo totalmente humano y un autentico empresario.
Sin embargo, se llenó de valor para decir:
-Baram dung-i (36), no esperaba volver a verte por aquí.
-Colette, por favor, te rogaría que me escucharas antes de que, con todo tu derecho, me echaras de tu casa.
-Si vienes a contarme los motivos por los que te hiciste pasar por robot, llegas tarde. Ha Ni ya me los ha contado-le dijo, pero, sin embargo, se dio la vuelta y volvió al salón, dejandole en la puerta abierta, lo cual este tomó por una señal y entró, cerrando tras él.
-Lamento no haber sido yo el que te contara toda la verdad-se lamentó Siwon, caminando tras ella.
-Pues tuviste días de sobra-le dijo ella, deteniendose tras su sofá, aun sin mirarle.
-Tenia miedo que, después del tiempo que llevábamos juntos, te enfadaras por haberte ocultado quien era. Pero...cuando por fin me dejaste entrar en tu despacho, diciéndome que siempre estaríamos juntos....
-Siempre he sido muy tonta-comentó ella, cortándole.
-¡Me hiciste muy feliz al decir aquello!-le dijo, haciendo que volviera la cabeza hacia él.-Significaba que no solo había sentimientos por mi parte, que podríamos estar juntos de verdad, siendo nosotros mismos. Pero siempre ocurría algo cuando quería decírtelo, haciéndome más temeroso cada vez. No quería hacerte daño, pero quería estar a tu lado.
-Chua (37)-le dijo ella simplemente.-¿Era eso todo lo que me tenias que decir?.
-¿Acaso no lo entiendes?. Lo que quiero decir es que te quiero y, aun sabiendo que te he hecho daño, quiero remediar eso, quiero estar a tu lado por quien soy en realidad, sin volver a ocultarte nada de mi nunca más-le dijo este, cogiéndola por el brazo, volviéndola hacia él.
Muy a su pesar, la piel se le despertó ante su contacto.
Hacia demasiado que no lo sentía y cada célula de su cuerpo clamaba en aquel momento por eso.
-¿Crees que diciéndome esas palabras, todo se soluciona?-le dijo, sin embargo.
Aun se sentía demasiado dolida para perdonarlo sin más.
-No, por supuesto que no. Sé que tengo que luchar muy duro para volver a retomar tu confianza. Por eso he tardado tanto tiempo en venir. Sabes quien soy en realidad, un empresario, alguien en quien creen para hacer grandes negocios. Sé lo que has sufrido por ello con tus padres, dedicándose a viajar por todas partes por eso mismo, dejando de lado a su familia, así que, durante este tiempo, he estado creando un sistema que me permitiera estar en contacto directo con el resto de mis filiales y empresas pero sin abandonar el país. Si puedo tenerte otra vez conmigo, no voy a separarme de tu lado tan fácilmente-le dijo, dedicándole un amago de sonrisa.
Los ojos de Colette se empañaron momentáneamente, sintiendo como le afectaban aquellas palabras, sabiendo también que odiaba aquel tipo de vida que la había dejado sola desde niña, notando como las primeras lágrimas le picaban en el borde de los ojos.
-¿Te crees que soy tan débil que voy a picar solo con eso?-le dijo ella, sin poder contener su débil tono, tan cerca de las lágrimas.
-Bogoshipo (38)-le dijo este, atrayendola hasta su pecho, rodeándola con sus brazos hasta que la tuvo de nuevo donde tenía que estar, contra su cuerpo, protegida por él.
En seguida notó como ella se relajaba contra su pecho, con las manos sobre él, con sus primeros sollozos muriendo en su camisa sin ni siquiera poder evitarlo.
Había deseado tanto que volviera, que le pidiera disculpas por lo que había hecho, por sus mentiras y por ocultarle quien era en realidad, que quisiera tenerla de nuevo junto a él, que quisiera permanecer junto a ella de nuevo, que no se creía que aquello estuviera pasando tan deprisa, agarrándose aun más fuerte a la camisa de este.
-Colette, suéltame-le dijo este en un susurro.
-¡Shiro!(39).¡Shiro, shiro, shiro!.¡Estoy segura de que, si te suelto, todo esto será un sueño!-le dijo, como si fuera una niña caprichosa, hecho que arranco una sonrisa en este.
-No voy a desaparecer, pero llevo ya demasiados días deseando volver a verte y darte un beso, así que no me prives de ello.
Alejándose solo lo meramente necesario, Colette alzó el rostro hacia él, dejando que Siwon descendiera sobre sus labios, sintiéndole de nuevo, haciendo que toda ella cantara ante el contacto, sintiéndose como una sedienta que hubiera estado caminando durante días bajo el sol antes de encontrar el primer río, anclándose a él con los brazos como ya había hecho de aquel modo muchas otras veces.
Aun sonriendo por la efusividad que explotó en ella de repente, Siwon continuo con el beso, explorándola, abriéndola para él, cogiéndola por la cintura y elevándola del suelo, aun más pegada a su cuerpo, sintiéndola con todas aquellas partes de su cuerpo con las que pudieran estar en contacto.
-He vuelto a casa-le murmuró cuando se separaron a tomar aire.
-Okaeri (40)-le respondió ella en japones, sonriendo.

…...........................

Pocos días después de aquello, mientras la prensa se hacia eco de la noticia de que el empresario más prospero de los últimos tiempos y de los más jóvenes tenía novia y quedaba fuera del mercado para todas aquellas interesadas que hubieran querido pescarlo, mostrando fotos de la feliz pareja, ellos acudieron a la boda de Ha Ni juntos, consiguiendo que los medios no los siguieran hasta allí.
A pesar de que habían reservado uno de los lugares de bodas más grandes que pudieron encontrar, el jardín parecía quedarse pequeño con el número de invitados que había en el lugar.
Ha Ni no había dejado de sonreír a todo el mundo mientras se dirigía al altar, resplandeciente con su vestido, dejando al novio sin respiración mientras la veía caminar hacia él, y saludo más efusivamente a su amiga cuando vio a Colette sentada en una de las mesas, junto a Siwon, que no dejaba de mirar divertido al novio.
Kyuhyun había permanecido muy nervioso el tiempo de espera en el altar, como, si en cualquier momento, pensara en escapar de toda aquella gente que tenía puestos sus ojos en él. Sin embargo, en el momento en que apareció Ha Ni, agarrada del brazo de su padre, se había quedado paralizado, recto como una tabla y juraría que no pestañeaba mientras observaba a su futura mujer acercarse a él, sin dejar que se le cayera la baba por la boca abierta solo por respeto a ella.
Sin embargo, con lo radiante que aparecía la novia, seguro que no le hubiera molestado que lo hubiera hecho e incluso le hubiera limpiado mientras seguía saludando a los invitados, tan radiante de felicidad que casi no necesitaba la capa extra de brillo que Colette había utilizado en su vestido para que brillara.
-Hiciste un trabajo sublime con ese vestido-le murmuró Siwon al oído mientras ambos aplaudían como los demás invitados y observaban a los novios, ignorando a aquellos que les estaban prestando atención a ellos.
-Era un vestido que solo iba a utilizar una vez. Además, jugaba con ventaja. A la novia le quedaría bien casi cualquier cosa que le diseñara-le contestó ella, empapándose con la felicidad de su amiga, sonriendo de oreja a oreja.
-Me preguntó como te quedaría de bien a ti tu vestido de novia-le murmuró él a su vez, dejando a Colette paralizada, sonrojándose poco después a velocidad récord mientras Siwon aparecía como si no hubiera dicho nada.

…....................

Tras la ceremonia, que no duró excesivamente, Colette aprovechó que Siwon era envuelto por un montón de invitados que, como él, eran empresarios y estaban interesados en hacer negocios con él, y se fue a caminar por los jardines del lugar antes de que les sirvieran la cena, observando las flores de verano que habían florecido allí y que lo llenaban todo de un dulce aroma.
Había felicitado a Ha Ni después de la boda y había participado en la costumbre de intentar coger el ramo de la novia, pero las hermanas de Ha Ni, 3 chicas más mayores que ella y solteras, no estaban por la labor de que nadie se interpusiera en su camino, así que se quedó discretamente a un lado mientras las mujeres luchaban, intentando permanecer entera y sin daños.
-¿Te gusta este sitio?-le dijo Siwon, apareciendo sorpresivamente por su espalda, sobresaltándola.
-¿Podrías acercarte a mi haciendo algo de ruido al menos?. Has estado a punto de provocarme un infarto-le acuso.
-Lo siento. No era mi intención asustarte-le dijo este sonriendo, abrazándola rápidamente por la espalda.
Colette se relajó contra él en el acto.
Al aire libre como estaban, por muy fresco que fuera un vestido de tirantes, vestir de negro no había sido una elección muy acertada, pensó ella, por poca tela que la cubriera, considerando el escote de pico que llevaba o por mucho vuelo que tuviera la falda.
Pero la boda, al menos el banquete, estaba pensado para durar hasta la noche.
En contraste, Siwon iba con un traje blanco y una camisa azul, resultado fresco en sus brazos, cosa que hizo que se relajara mucho más rápido contra él.
-¿Tú no estabas secuestrado bajo una avalancha de hombres que querían hacer negocios contigo?. ¿Cómo te has escapado?.
-He pillado al novio y lo he dejado en medio de todos ellos, dejando que lo felicitaran.
-Eso a sido muy cruel. Sabes que la mayoría de los invitados son de parte de Ha Ni y Kyuhyun no tolera demasiado a gente que no conoce. Y menos sin son una marea de tipos de negocios que lo acosaran a esos temas.
-De algún modo tenía que escaparme e ir tras mi yojachingu (41), la cual se ha escapado en cuanto a tenido la oportunidad.
-No me he escapado de ti-se defendió ella.
-Lo sé. Sé que no te gusta la clase de ambiente que se estaba formando allí. Pero también me ha gustado la idea de quedarnos a solas en estos enormes jardines, perdidos de los ojos ajenos que no dejaban de observarnos-le dijo este, girándola entre sus brazos mientras Colette se dejaba hacer sin más, girando sobre sus tacones, sin apartarse un milímetro de él.
-¿De verdad piensas que tenía algo travieso en mente cuando he venido aquí?-le preguntó ella, quitandole arrugas imaginarias de la chaqueta, con la que, otra persona normal, se estaría asando, pero que él parecía llevar sin mayor problemas.
-Puede que tú no, pero yo si-le dijo este, inclinando la cabeza hacia ella.
Colette no comentó nada, pero cerró los ojos, importándole bien poco que este le deshiciera el lápiz labial y todos se dieran cuenta que habían hecho alguna travesura mientras no habían estado presentes.
Sin embargo, el beso no llegaba y eso le extraño.
Entreabrió los ojos lo suficiente para ver la sonrisa juguetona en el rostro de Siwon, a escasos centímetros del suyo.
-¿Ves?. Tú también estabas esperando que pasara algo.
Esta le golpeo de manera molesta el brazo, transformándola en su cómplice en aquello, arrancando una risa a este que solo ellos dos oyeron.
-¿A qué ahora mismo me voy de regreso y te dejo aquí plantado, por ser tan listillo?-le amenazó ella, aun fingiendo estar molesta.
-¿Y dejarme esperando tus labios aquí?. De ninguna manera. Tú no eres tan cruel.
Y, dirigiéndose una sonrisilla, Siwon por fin rompió la poca distancia que los separaba, dejando a Colette temblando contra él mientras le recorría los labios suavemente con los suyos, siempre arrancándole ese tipo de reacción por mucho tiempo que hubieran estado juntos, como si se enamorara de él cada vez que estuvieran juntos, como si siempre fuera el primer beso.
Sin embargo, antes de que pudiera darse cuenta, este la tenía contra uno de los pequeños árboles que crecían por allí, todos apareciendo bien podados y cuidados, clavándola en el lugar con su cuerpo.
-Siwon, no podemos hacer estas cosas aquí. Otros invitados también podrían venir por aquí a pasear.
-¿Me estas queriendo decir que tengo que esperar a llegar a casa?-le preguntó este, haciéndole un pequeño puchero.
Colette le cogió la cara entre las manos, haciendo que descendiera hacia ella y lo tuviera lo suficientemente cerca para volver a besarlo, recorriéndole los labios con la lengua antes de hundirse dentro de él, notando como este retenía el aliento en el interior de la garganta.
-Te prometo que en casa te lo compensaré.
Prácticamente no habían tardado ni dos días antes de que Siwon se trasladara a la casa de ella, alegando que no podía permanecer lejos de Colette cuando había pasado tantos días a su lado las 24 horas y sabiendo como era su vida sin ella.
-Más te vale-le dijo este, dejandole un beso en la mejilla, que ella recibió encantada, sonriendo mientras aun permanecía abrazada a él.-¿Quieres volver a pintarte los labios antes de regresar?-le preguntó, al darse cuenta que ya poco quedaba en los labios de ella del tono rosa brillante que había usado hasta hacia poco.
-No. No importa. Que piensen lo que quieran cuando me vean-le dijo ella sonriendo, quitando en los labios de este el color.-Aunque a ti este tono no te queda demasiado bien.
-Habrá que probar con más colores-le dijo este, cogiéndola de la mano mientras regresaban.
No hablaron mucho, observando el lugar así, cogidos de la mano, hasta que Siwon volvió a romper el silencio.
-Me pregunto cuanto tardaremos en volver a este lugar.
-¿Por qué íbamos a volver?-preguntó Colette extrañada.
No sabía de ninguna otra ceremonia que fuera a celebrarse allí pronto.
-Hombre....a mi me parecía un buen lugar para celebrar nuestro matrimonio, pero si a ti no te termina de gustar, siempre podemos encontrar otro.
Colette notó como se quedaba paralizada de nuevo, haciendo que Siwon, aun sujeto a su mano, se detuviera con una sonrisa en los labios.
Liberando momentáneamente la mano de ella, la llevó al interior de su chaqueta, sacando una pequeña caja de color negro brillante y, arrodillándose ante Colette, que se había llevado las manos a la boca, emocionada, para no gritar, la abrió.
-Siempre dicen que de una boda sale otra boda, así que....Colette,¿me concederías el honor de concederme tu mano y convertirte en mi única dueña, en todos los sentidos?-le preguntó, con una gran sonrisa en la cara, recordando el motivo por el que se conocieron de broma, siendo ahora un episodio más feliz.
Esta miró el anillo, un pequeño anillo de oro blanco con pequeños zafiros rodeando la parte superior, luego miro a Siwon, de nuevo al anillo y de nuevo a él, sin conseguir que le salieran las palabras.
Ni en sueños se hubiera imaginado algo como aquello.
Abrió la boca para decir algo, dejando las manos entrelazadas en su pecho, pero siguió sin conseguir decir palabra.
Así que, ante aquel contratiempo, solo se lanzó sobre Siwon, riéndose como una niña, asintiendo con la cabeza una y otra vez para que él la viera.
Este contestó al abrazo, pero la obligo a volver a ponerse en pie.
-Necesito que estés de pie para que termine de hacer esto-le dijo él, sin perder en ningún momento la sonrisa.
Aun sin creérselo del todo, vio como este le colocaba el anillo en su dedo lentamente, como si le estuviera dando tiempo a que su cerebro asimilara eso.
Tras colocárselo, se puso en pie, con lo que Colette volvió a lanzarse a sus brazos, dejando que unas lágrimas, ahora de felicidad, corrieran por sus mejillas.
-No sé por que estas tan contenta. En parte te pongo este anillo para que todos sepan que ya estas ocupada con alguien-le dijo este de broma.
-De igual manera, yo tendré que darte un anillo a ti. Creo que el que corre más riesgo de verse rodeado por un mar de chicas eres tú-le dijo ella, por fin soltándolo, pero sin dejar de sonreír, igual que él.
-Bueno...digamos que yo ya tenía dueña.
-Y espero que no se te olvide y eso siga siendo así durante muchos años. Que lo tengas siempre presente-le dijo, dándole un golpecito en el pecho con el dedo mientras no conseguía que se le quitara la tonta sonrisa de la cara.
-Onjena(42)-secundó Siwon, asintiendo y sonriendo de igual forma, antes de inclinarse y volver a besarla, rodeándola con sus brazos momentos antes de que Colette hiciera lo mismo, ignorando a todos los invitados de la boda que se preparaban para el banquete.


FIN














(31): Comprar unos zapatos: Como ya habréis visto en algún dorama (Boys Before Flowers por ejemplo), en Corea se tiene la creencia que cuando se le regalan zapatos a una persona, esa persona se marchara lejos de tí.
(32): Comprar un cuchillo o un pañuelo: De igual forma, si se le regalan cuchillos o cualquier otra cosa que corte es por que se piensa que esa persona cortara con la relación o, si se le regala un pañuelo, esa persona llorara por la relación.
(33): Hun-man: Se habla así de un chico con carisma, que te alegra la vista, vamos. Lo que siempre ha venido a ser un hombre atractivo a rabiar.
(34): Chankanman: Espera un momento
(35): La película de ``A moment to Remember´´ me encantó y no pude evitar nombrarla. La historia es triste y genial al mismo tiempo. Lloré como una idiota y, sin embargo, la sigo viendo siempre que puedo. Es de mis favoritas, y no solo de cine asiático. A cualquier persona que quiera ver una buena peli de amor de las pocas que ya no quedan y no la conozcan, vedla cuanto antes. Ademas, el actor Jung Woo Sung me encanta y podéis verlo en otra película algo más....divertida y en español que se llama ``El Bueno, El Malo y El Raro´´.
(36): Baram dung-i: Playboy, mujeriego, don Juan, conquistador de mujeres....
(37): Chue: De acuerdo
(38): Bogoshipo: Te echo de menos
(39): Shiro: No quiero
(40): Okaeri: ``Bienvenido a casa´´. Todos aquellos amantes del anime o hayan visto series japonesas, ya conocerán más que de sobra esa palabra.
(41): Yojachingu: Novia dicho de forma formal. La forma más acortada es Yochin
(42): Onjena: Siempre